Nos miran y su Todo se repite.
por Sandro Maciá
Debut en largo: Nos miran
Cuando la calidez y la dulzura sirven como vehículo para la transmisión de ideas dignas de ser rumiadas, el universo parece ser un poco menos cruel. O quizá el mundo. O quizá nosotros… O nuestra mente, ¿qué más da? Lo importante es que esto es así. Sin margen de discusión. Porque, si alguien osa dudar de semejante reflexión, no sólo carece del sentido común -a veces “comúnmente” poco desarrollado- sino que, además, se encuentra en el bando de los que aún no han tenido la suerte de conocer a unos expertos en esto del desahogo existencial envuelto en un continente que roza la maravilla para la presentación de un contenido no menos atractivo, es decir, unos dueños y señores del uso del pop como tapiz sobre el que bordar cualquier elemento: Nos Miran, pseudónimo que enmascara al dúo formado por Sergio Rodríguez y Marta Quintana.
Un dúo, este, que presenta ahora su primer largo, Todo se repite (Elefant Records, 2019), un trabajo donde, como si de los propios Family se tratase -ojo al dato-, cada corte puede ser concebido como un tiro al pecho cargado de dulce pop y ásperas ideas. Como una recopilación de temas que, aparentemente irracionales e inexplicables, van cobrando sentido desde la brillantez que surge al ir dibujándose, canción a canción, el mapa que nos servirá de guía para recorrer los puntos que dan forma a la angustia que genera la propia existencia.
Así, mapa en mano y con las melodías que arropan tal concepto como brújula para no perder la concreción sonora, es como podremos disfrutar de las paradójicamente oníricas composiciones de Todo se repite, partiendo de un viaje que iniciamos en “Aquí, Antes” -canto al déjà vu más puro, rítmica y textualmente: “en una ciudad que no es la mía / pero es parecida / persigo su sombra / por las esquinas”-, para ir pasando por la oda rutinaria de “No Existo” -agridulce pensamiento-, la bailablemente dolorosa “Contigo” -¿amar no duele? ¡mentira!-, la clara y relajada “Árbol De Sombra” -paz, bonita paz-, la sorprendente “Au 79” y su jolgorio, la ensoñadora “Inmortal” -progresiva, cercanamente progresiva-, “Quien Tú Quieres Que Sea” -pop electrónico ultra melódico, tanto en armónicos como en rimas-, la animada “El Actor” -calzador de zapas, baile asegurado y un estribillo que atrapa-, la cotidiana “Lo Que Hoy Pesa” -de naturaleza mundana y metáforas terrenales, como “el pulpo sin limón” y los abrazos, ¡preciosa combinación!- la impetuosa “Mientas Bailo” y las premonitorias “Las Canciones” y “Resurgir”, más alegres, a modo de colofón.
Un disfrute que nos llega grabado y mezclado con la ayuda de Javier León, masterizado por Xavier Alarcón y corado por Laura Antona y Carlos Rodríguez, y que nos da las claves para poder afirmar que Todo se repite es un ejercicio personal, envidiablemente fresco y altamente indicado para tomar conciencia de la dimensión que ocupa la música en nuestra existencia, siempre propicia a ser narrada… Y si es con pop, mejor.