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SIN RASTRO de Caroline Eriksson 

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por Ana Olivares

Somos más mundanos de lo que aparentamos ser.

Esta semana os presentamos un thriller psicológico basado en la familia. Al menos es la idea que rescatamos de esta enmarañada historia protagonizada por Greta y sus recuerdos. Ya que hasta casi a mitad de novela no sabremos si lo que nos está narrando es real o simplemente el resultado de una mente perturbada.

Nuestra protagonista no está segura de nada. Sus recuerdos son caóticos y apenas le sirven para discernir la realidad. No puede confiar ni en ella misma, sus sentimientos la traicionan, como el resto. Tampoco desea hablar con su madre, pedirle ayuda, no puede contarle los problemas que ha tenido en su matrimonio, ni confesarle que se ha quedado sola durante sus vacaciones. Pero todo eso ya no importa. Lo que necesita ahora es averiguar dónde se ha metido su familia. Alex y su hija Smila se han esfumado ante su vista como un espejismo. Hacía unas horas estaban disfrutando de una pequeña excursión en barco hacía la isla del lago. Ella se ha quedado ensimismada con el vaivén del agua dentro del bote mientras padre e hija exploraban la pequeña isla. De repente se le ha ido la noción del tiempo, y al ver que ellos aún no habían vuelto ha tenido un mal presentimiento. Inmediatamente ha ido a buscarlos, pero no los ha encontrado. Tampoco estaban en la cabaña en la que se alojaban, y ahora que ha vuelto allí, se ha dado cuenta de que se había dejado el móvil debajo de la almohada, algo bastante raro en ella. Ni siquiera ha llamado aún a la policía para denunciar su desaparición porque no está segura de nada. Tan sólo desea despertarse de esta horrible pesadilla.

«Sin Rastro», es un desesperado viaje interior hacia el fondo del pozo que todos dejamos enterrado, si a esto le sumamos unos recuerdos fragmentados de un pasado turbio, se convierte en una caída libre hacia la oscuridad. Aunque adentrarse en este cometido nos ofrecerá la posibilidad de ahondar en una mente humana angustiada por un dolor incomprendido. Sólo nosotros seremos capaces de averiguar el porqué de las reacciones de Greta ante tan perturbador suceso ocurrido en el presente; ¿o en el pasado? O peor aún, ¿ocurrió realmente?…Un sinfín de preguntas que esperan respuesta.

Poco a poco descubriremos que se trata de un juego psicológico en el que nada es lo que parece. Y aunque partimos con la base de que nuestra protagonista sufre algún tipo de desequilibrio mental “transitorio” se trata de un recurso muy empleado en multitud de thrillers psicológicos, y este es otro más.

Además, en esta ocasión no se trata de que alguien esté manipulando a la protagonista para confundirla por lo que se trata de un personaje que no nos atrapa del todo. Imagino que el verdadero objetivo de esta novela es reflejar un desorden mental, pero incluso hasta dentro del caos existe un orden y yo, -que me perdonen a los que sí les ha gustado la novela-, no lo he encontrado. No me ha terminado de convencer el motivo real del estado mental que atraviesa Greta. Sin embargo si se mantiene la tensión y refleja la angustia vital de ésta, que no verá la luz hasta el final, convenciéndonos de que ella es otra víctima más marcada por la tragedia.
La historia posee descripciones de paisajes y ambientes muy al estilo nórdico, y esa especie de atenuada frialdad envuelve toda la obra, además de ofrecernos el marco perfecto para disfrutar de este perturbador e intenso thriller.

 

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