16 de octubre de 1943 de Giacomo Debenedetti
por José Luis Sola Marín
Es el relato de una triste historia de la ciudad de Roma y de la Humanidad. Llegar a la II Guerra Mundial fue el fracaso de la diplomacia y de la Sociedad de Naciones, la mayoría de los países miraron hacia otro lado cuando el ascenso de fascismo amenazaba sin piedad a las democracias occidentales y al sistema de derechos y libertades públicas. Si Hitler llegó al poder de dudosa forma, no fue menos su gran aliado Mussolini que conquistó el poder con el consentimiento de la Monarquía tras su “Marcha sobre Roma”.
Los judíos fueron para la Alemania nazi el chivo expiatorio perfecto, eran éstos ávidos en sus labores y es que los judíos era un pueblo que ya había sufrido el exilio y la persecución desde tiempo inmemoriales y ello hizo que se especializaran en el mundo de los negocios puesto que los bienes muebles, así como los metales preciosos, eran fáciles de transportar. Sin duda, un enemigo que concentraba poder económico mientras que la mayor parte de los ciudadanos alemanes que engrosaban el colectivo de ser agraciados con la superioridad de la raza aria estaban obligados a pasar algunas penurias.
El odio hacia los judíos no sólo fue en Alemania, la URSS también tuvo sus fobias hacia éstos pero bien es cierto que la solución final de los alemanes acabó con la vida de más de 6 millones de judíos, una cifra cuanto menos espeluznante. No sé libró ningún país: Polonia, Alemania, y, por supuesto, Italia donde los alemanes fueron el 16 de octubre de 1943 hacia el barrio de los judíos de Roma y apresaron a todos tras un engaño del cual no pudieron escapar. Una multa de 50 kg de oro a cambio de libertad por ser traidores a la patria y enemigos de la libertad. Lo que se vislumbraba como una solución a un drástico problema no fue más que una forma de expoliar a los judíos de sus riquezas, joyas y recuerdos familiares y un medio para obtener datos para poder organizar una redada y embarcarlos en tren rumbo a Alemania como si de animales se trataran.
Sorprende también la pasividad o la falta de respuesta de la Iglesia católica, cuyo centro de poder se encontraba a pocos metros de donde esto sucedía, muy cerca del barrio de los judíos y que olvidó uno de los principales mandamientos de la religión católica, amarse los unos a los otros como Cristo nos enseñó.
La II GM además de los numerosos asesinatos de judíos tuvo la consecuencia “positiva” de que estos iban a tener, por fin, su país en la tierra prometida si bien el sufrimiento y el dolor que éstos padecieron parece borrado de un plumazo puesto que son los actores importantes de la precaria situación en la que se encuentran el pueblo palestino y el conflicto político-militar que se da en oriente medio. La ocupación de los terrenos de Palestina y la continua persecución militar no son una buena carta de presentación para el Estado de Israel. El hombre es sin duda el único animal que cae más de una vez en la misma piedra, la del fanatismo y el totalitarismo por creer o aparentar ser una raza superior.
Giacomo Debenedetti fue un escritor y crítico literario, considerado el mayor especialista italiano en la novela del siglo XX.
