1980 de Juan Vilá.
por Susana Flores García
La vida después de los años.
Esta semana os presentamos la segunda novela de Juan Vilá, una obra en la que el narrador nos cuenta en primera persona como han pasado los años a lo largo de su vida; cómo los años le ha hecho ver los recuerdos de su niñez desde otra perspectiva.
A lo largo del libro nos cuenta la fría relación que tuvo con su madre. Una madre que lo dejó junto a sus dos hermanos mayores bajo la tutela de su abuela, siendo ésta una señora un tanto excéntrica y con una relación bastante tóxica con su hermana. Nos cuenta como su madre quedó viuda siendo muy joven y como pasaba más tiempo con su amante que con sus propios hijos. A pesar de que uno de los hilos conductores de la novela es la relación con su madre, el verdadero protagonista de la trama es su padre, o padrastro en este caso.
Su madre volvió a casarse cuando su primer amante murió y poco a poco su nuevo marido que también era viudo dejó a toda su familia en Barcelona para emprender una nueva vida con ellos en Madrid.
La historia comienza en el recuerdo de un niño donde estando de vacaciones cree morir de fiebre y donde él, “el burgués catalán”, su nuevo padre, se hace cargo en todo momento de su recuperación. Desde ese día su padre es y será la persona más importante dentro de esa familia.
En esta novela el narrador nos habla desde el corazón, con la visión de un adulto que en algún momento recuerda parte de su infancia solo, adorando a una madre que no estaba presente o conociendo al que más tarde fuera su figura paterna. Nos habla en el presente con rencor hacia su familia, incluso llega a contarnos como pasados los años llega a sentir odio hacia su madre.
Dentro de las páginas encontramos muchos sentimientos encontrados, no solo el rencor a su familia, también el amor incondicional y la admiración que ha sentido siempre hacia la persona que se postulara como su padre cuando el apenas tenía siete años o la poca relación que tenía con la familia de este.
Una lectura basada en el peso de los traumas de un niño, con mucho sarcasmo y una forma magistral para cambiar el registro de niño a adulto en cada página o incluso párrafo, pero donde no deja lugar a duda quién es el narrador. Algo que me ha llamado la atención es la nula identidad de los personajes, ningún miembro de la familia tiene nombre.
Personalmente me ha gustado mucho, es un tipo de lectura muy diferente al que estoy habituada y me ha mantenido pegada a las páginas hasta acabar con ella. Una trama que engancha y donde el autor normaliza los distintos sentimientos que puedes llegar a sentir hacia tu familia.