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Conspiración Vermú de Aitor Marín

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por Susana Flores García

Un historia de película

Esta semana tenemos una lectura diferente, una historia sarcástica y disparatada en la que nuestro protagonista se ve envuelto sin esperarlo.

Víctor Vaporús lleva unos meses en paro, a sus cincuenta años poca esperanza tiene de encontrar trabajo y su día a día desde hace tiempo se reduce a ir al bar y volver a casa cuando su mujer esté dormida para que no lo vea llegar borracho, aunque casi siempre llega en el momento justo en el que ella está lista para ir al trabajo. Víctor tiene un serio problema con el alcohol y aunque se avergüenza de ello, pasa las horas de bar en bar bebiendo vermú.

Un día después de varias rondas en el bar de siempre decide cambiar de aires y pasar por un local nuevo, más pijo y de moda que los bares de barrio a los que suele ir. Allí conoce por casualidad a Dolores Ambigú, una periodista de la revista Interviú que tiene entre manos una información muy jugosa, a la par que increíble. Dolores le pide a Víctor que escuche su historia y terminan en su piso. Ella le cuenta con muchísimo interés que sigue la pista de un plan para resucitar a Franco ahora que la coronación del príncipe Felipe VI es un hecho, él apenas puede prestarle atención, está borracho y cree que ha ligado con ella, que la historia de la conspiración es solo una excusa para llevarlo a su casa.

Víctor amanece la mañana siguiente en un parque, con una resaca de campeonato, unos golpes en la cara y una pinta espantosa. Poco a poco empieza a recordar como terminó la noche y entonces lo recuerda, le vienen a la mente imágenes de Dolores contándole esa absurda historia sobre Franco, esa conspiración para resucitarlo y el secuestro de la periodista. En ese momento descubre que no lleva el teléfono encima y recuerda a su mujer, piensa en María en que estará preocupada porque no ha llegado a casa, no la ha llamado y aunque Víctor es un borracho que pasa las horas en la calle, siempre vuelve a casa.

Camino al piso de Dolores para recuperar su teléfono va pensando en la rocambolesca historia y recuerda que mientras se la contaba la periodista también usaba una grabadora de mano. Cuando llega al piso lo encuentra destrozado, no hay rastro de ella ni de la grabadora, pero si encuentra a uno de los secuestradores que lo recibe con un golpe. Cuando por fin llega a casa y después de soportar las malas caras de María empieza hacerse preguntas: ¿es real lo que recuerda? ¿Dolores decía la verdad o solo estaba colgada? ¿Estará bien? Y después de estas preguntas decide buscar las pistas que le lleven a Dolores.

Personalmente esta historia me ha parecido una locura. Es divertida, diferente y sobre todo engancha. Me ha resultado imposible separarme de esta trama hasta que la he terminado, el personaje principal es un desastre y termina entrando en una espiral de situaciones absurdas que hacen que la novela sea cada vez más apasionante.
Una lectura totalmente recomendable con un final inesperado.