CORONA. Política en tiempos de pandemia de Pablo Simón.
por José Luis Sola
Desde un punto de vista social, en nuestro país nadie recordaba una tragedia de esta magnitud. De hecho, la última gran pandemia (la de la gripe española) que se produjo hace un siglo sólo podría ser recordada por un porcentaje ínfimo de la población. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), de una población total de más de 47 millones de habitantes sólo 12.551 personas tienen en 2020 cien o más años.
Otras pandemias como el SARS o el Ébola se vivieron en Europa con una menor intensidad que en los países del Sudeste asiático y África, llegando al viejo continente algunos casos, con lo que el miedo y la infodemia originada en esta primera ola de Covid19 fueron casi imperceptibles. Hay que decir que Europa no estaba preparada para este shock, de un día para otro la vida se pasó del siempre eterno bullicio en las calles a un silencio absoluto sólo roto a las 20 horas con los aplausos en los balcones y el paso de ambulancias.
Sin embargo, durante años las partidas presupuestarias destinadas a la vigilancia epidemiológica se fueron reduciendo. La partida más desconocida pasó a ser la que más atención comenzó a recibir en el primer trimestre del 2020. Al problema sanitario, se ha de añadir la compleja cuestión que representa el Estado compuesto donde hay una división de competencias entre Gobierno y las Comunidades Autónomas con las consiguientes controversias sobre qué administración gestionaría mejor la situación.
Desconocer el origen del virus y de los remedios para erradicar sus negativos efectos sobre la salud y sobre las personas, más allá del lavado de manos frecuente, el gel hidroalcohólico y la distancia social, ha hecho que las autoridades sanitarias hayan adoptado decisiones y recomendaciones contradictorias en un breve lapso de tiempo como por ejemplo con el uso de las mascarillas, del no rotundo se pasó al uso obligatorio o a la exigencia de PCR en los aeropuertos (medida inexplicable puesto que sólo el 0,08% de los pasajeros tienen son positivos en Covid19).
Otra cuestión que se ha de debatir es si las medidas restrictivas de las libertades públicas adoptadas por los países con regímenes autoritarios o totalitarios han sido más efectivas a la hora de luchar contra la Covid19 que las de países con sistemas democráticos que han tenido que conjugar otras variables y seguir de forma escrupulosa las formalidades exigidas por las diferentes legislaciones. El asunto no es baladí en tanto en cuanto nos adentramos en el terreno filosófico haciéndonos eco de una frase imputada a Maquiavelo, ¿justifica el fin los medios?, ¿es preferible restringir derechos y libertades públicas para salvar vidas o es preferible que la ciudadanía escoja entre libertad o el riesgo de poder incluso perecer por la enfermedad?
Pablo Simón es profesor de Ciencia Política en la Universidad Carlos III de Madrid, especializado en partidos políticos y sistemas electorales. Ha escrito diferentes artículos académicos en revistas científicas y es autor de diversos ensayos como Democracia, política y poder. También es colaborador habitual de diferentes programas televisivos y radiofónicos.