Escarolota
por Gemma Juan Giner
Tras leer el libro de “Así son nuestras reglas” hemos tenido la oportunidad, desde Letras en Vena, de entrevistar a su autora, Escarolota. La primera pregunta la teníamos muy clara. ¿Por qué un libro sobre la regla? La ilustradora afirma que aún queda mucho trabajo por hacer para normalizarla.
“Trabajando con adolescentes, veo que aún hay secretismo y tabú al respecto de la menstruación, y por eso me pareció que, un libro ligero pero informativo, con algunas dosis de humor y que tratase el tema desde distintas perspectivas reales podía contribuir al diálogo y a romper tabúes”.
Además, Escarolota cree que todavía falta mucha información sobre educación sexual en los colegios. “Me asombra lo poco que se ha avanzado en los últimos 20 años. Hay por supuesto excepciones y grandes profesionales que, en los pocos días que les dan para hacer charlas y talleres, se las apañan para esclarecer muchos mitos y tabúes”.
En la reseña que escribí sobre “Así son nuestras reglas” dije que este libro me parecía de lectura obligada en los colegios pero Escarolota matiza que ella preferiría que nadie tuviera que leer este libro por obligación, “ya que puede ser un efectivo repelente”. Pero destaca que lo que sí podría estar bien es “que lo tuvieran al alcance, ya que es una herramienta que permite generar conversación sobre este tema”. Y es que, a día de hoy, todavía hay muchísima gente a la que le cuesta hablar de la regla.
“Supongo que es porque se sigue considerando algo sucio, un hecho del que avergonzarse (de ahí también la constante preocupación de ¿y si mancho?)”, señala Escarolota.
Preguntada por sus métodos preferidos cuando tiene la regla, destaca que utiliza la copa menstrual desde hace unos ocho años y en las últimas semanas, ha empezado a probar también las compresas de tela y las bragas menstruales, pero afirma que todavía está valorándolas, ya que las ha empezado a usar hace pocos meses, así que prefiere no dar su opinión, de momento. Pero sí aconseja ponerse otra braga encima cuando utilices las compresas de tela, o alguna prenda ajustada, para evitar que se mueva.
Escarolota señala que “no se habla de ellas por los lobbies del mercado, ya que interesa más a las grandes compañías mantener un producto de usar y tirar que implica más consumo y, por lo tanto, mayores beneficios para la empresa”.
Yo, personalmente, nunca he utilizado la copa menstrual, a pesar de que me la ha recomendado muchísima gente. Así, que he aprovechado para preguntarte a Escarolota cómo utilizarla. Me dice que la copa es de silicona y se puede doblar. Es cierto que no es fácil explicarlo de manera escrita pero la idea es “presionar con un dedo la parte de arriba, hundimos un lado de la copa haciendo una suerte de hendidura, quedando la otra parte del borde de la copa como si fuera una especie de punta de flecha. Una vez la tenemos así, nos ponemos de cuclillas (o como mejor sintamos que vaya a entrar) e introducimos la copa en la vagina, que se abrirá sola una vez en el interior”.
También he descubierto que hay que medirse para saber la talla de la copa menstrual. Pero esto, es mejor, es Escarolota, consultar a una profesional, que son las que mejor asesoran y más conocimientos tienen al respecto. Cuando yo compré mi copa solo había que saber dos cosas: si habías tenido un parto vaginal y si eras mayor o menor de treinta años; pero desde entonces las cosas han cambiado, así como los tipos de copa. ¡Y mejor! Porque no todas las vaginas son iguales.
Con respecto a los tampones de algodón, lo tiene claro. “Los tampones suelen llevar blanqueantes y otros químicos que nuestra vagina absorbe. Además, son de un único uso y entre que amo mi cuerpo y al planeta, prefiero no utilizarlos”.
A pesar de las buenas críticas que ha recibido “Así son nuestras reglas”, Escarolota no se ha planteado todavía hacer otro libro de este estilo. De momento está con otros proyectos, de los cuales no nos ha querido adelantar nada. Así que habrá que estar muy atentas a los pasos de la ilustradora Escarolota.
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