Honrarás a tu padre y a tu madre de Cristina Fallarás
por Lara Vesga
Cuando uno se decide a indagar en el pasado familiar más vale que se desprenda antes de prejuicios. Adivinar de dónde se viene es siempre una aventura desconocida, un viaje que te lleva a muchos lugares, personas y situaciones de las que no tenías ni idea. Hurgar en los orígenes es fascinante, divertido, satisfactorio, catártico, pero a veces también doloroso.
Hay silencios, tabúes y secretos que se pasan de generación en generación, a modo de carrera de relevos en la que el testigo es esa historia que deliberadamente se ha ido apartando, dejando de lado. Ese hecho del pasado que no desaparece por el desagüe del olvido sino que se arrastra, que sigue ahí.
Cristina Fallarás (Zaragoza, 1968) decidió un día no ignorar más a sus muertos y sentarse a escribir aquello que ellos quisieran dictarle. El resultado es Honrarás a tu padre y a tu madre, una novela fascinante en donde narra los hallazgos de su investigación familiar tanto en la rama paterna como en la materna. Ninguna historia familiar es un cuento de hadas. Esta tampoco.
La periodista y escritora refleja de forma magistral los claroscuros de la suya, retratando vívidamente aquello que recuerda de primera mano, los testimonios que pudo recabar en vida de los protagonistas del libro, y completando con ficción aquellos huecos que le resultó imposible rellenar, pero que son verosímiles y no se distanciarían demasiado de la realidad.
Entre algunos de los lugares a los que le llevan de la mano sus antepasados se encuentran Zaragoza, Valladolid o Elizondo, en el Baztán navarro. Encontramos a la abuela paterna Presentación Pérez, una eterna viuda con dos hijos, uno de ellos el padre de la escritora. Presentación fue una más de las viudas del bando republicano que dejó la Guerra Civil. Siempre vivió rodeada de un aura de silencio, secretismo y tristeza. Nadie hablaba de su marido, fusilado en las tapias del Cementerio de Torrero de Zaragoza. Las pocas veces que se intentaba preguntar sobre el asunto el resultado era un choque frontal contra un muro. Un muro hecho de miedo, de pena y de dolor.
La persistencia de la autora logró dar con algún fruto sobre la historia de su abuelo Félix Fallarás, el Chico, simplemente buscando en Google, tras la labor de digitalización y subida a Internet de multitud de bases de datos con informaciones de aquellos años que hasta hace poco habían permanecido ocultas.
Por la rama materna las indagaciones son también más que sorprendentes. El abuelo materno, Pablo Sánchez Juárez Larqué, nieto de Benito Juárez, quien fue presidente de México, quedó huérfano junto a su hermano a una edad muy pronta, y por circunstancias de la vida acabó luchando en el bando franquista.
Decía al principio que es mejor desprenderse de prejuicios antes de embarcarse en la aventura de conocer el propio pasado. Porque quizá podría suceder que se descubra, como le ocurrió a la autora, que su nacimiento fue fruto de la unión de dos familias que en su momento lucharon en bandos completamente opuestos.
