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La estrategia del cocodrilo, de Katrine Engberg

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por Lara Vesga

Julie Stenders lleva muy poco tiempo viviendo en su nuevo piso de alquiler en Copenhague cuando un vecino encuentra su cadáver con unos extraños dibujos grabados en su rostro. El grotesco crimen pone en marcha a los policías Jeppe Korner y Anette Werner, quienes dan inicio a la investigación con el interrogatorio de la propietaria del edificio donde estaba alquilada Julie.

La excéntrica Esther de Laurenti es una jubilada, antigua profesora de Literatura, que pasa sus días entre los cuidados de sus perros, las visitas de su adorado Kristoffer, un joven que bien podría ser su hijo y al que quiere como tal, y la escritura de su novela negra, su objetivo eternamente pospuesto. Precisamente para darle el empujón definitivo a este propósito, la exprofesora se había apuntado incluso a un club de escritura. Además, para la protagonista de su historia se había inspirado en su nueva inquilina, la víctima. También en su escrito la chica es una recién llegada a Copenhague. Pero lo escalofriante del asunto llega cuando salen a la luz pública los detalles del asesinato de Julie Stenders y coinciden punto por punto con el crimen descrito por Esther de Laurenti en su novela en ciernes. Un crimen de ficción que se replica en la realidad. Algo que inmediatamente pone en el punto de mira a la jubilada y su entorno.

«La estrategia del cocodrilo» es el debut de Katrine Engberg (Dinamarca, 1975), en la novela negra. El reconocimiento por parte de la crítica ha llevado a esta bailarina y coreógrafa a alejarse definitivamente de los escenarios para dedicarse a tiempo completo a la escritura. Algo que agradecemos los lectores. El libro guarda numerosos giros sorprendentes. Habla de pasados que se han intentado enterrar por todos los medios posibles, pero que inexorablemente han acabado por salir a la luz. Habla de amores complicados, secretos, a veces incluso prohibidos. De los recovecos de la mente humana y de relaciones familiares más bien tormentosas. Entre las mil y una versiones que dan, cambian y vuelven a cambiar los implicados, se encargan de pescar algo de verdad los policías encargados de resolver el caso.

Al frente de la investigación se halla Korner, que aunque no está para muchos trotes tras su reciente divorcio, que combate a base de pastillas y alcohol, tirará de la manta junto a su guasona (para su desgracia) compañera Werner, hasta llegar a un final que consigue dejar los pelos de punta y que a la vez hace que anhelemos un nuevo caso de Korner y Werner con la enigmática Copenhague como telón de fondo.

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