Permafrost de
Eva Baltasar.
por Lara Vesga
Permafrost, dícese de la capa de la tierra permanentemente congelada de algunas
regiones muy frías o periglaciares, como la tundra. No es esa la acepción que
encaja para esta novela, o no del todo. Porque la protagonista también vive
recubierta de una especie de permafrost, una membrana que le aísla del exterior,
que le protege de él, quizá. Que, definitivamente, le aleja de todo lo que no sea
ella misma y sus, casi siempre, nocivos pensamientos.
Es Permafrost, de la autora Eva Baltasar (Barcelona, 1978), un monólogo interior
no apto para aprensivos. La protagonista es una mujer en etapa de formación
que no parece encontrar aliados por ningún sitio. Su madre, controladora y
estricta hasta la extenuación, parece darle pequeños empujones hacia el abismo
con cada uno de sus mordaces, e hirientes, comentarios. Su hermana, por otro
lado, no hace más que darle lecciones de vida tras su aparente fachada de
existencia idílica a base de un trabajo estable, un marido y dos hijas.
Su familia no lo sabe pero con su actitud no hacen más que acrecentar las ya
incipientes pulsiones suicidas de la protagonista, que pasa los días coqueteando
con la manera más eficaz y a la par elegante de acabar con su vida.
Solo existen cuatro asideros que le aferran, al menos por el momento, a este
mundo. El sexo salvaje con otras mujeres, la masturbación, el arte y la literatura.
Sobre todo lo primero. La novela es así un continuo tira y afloja entre el disfrute
de los placeres más carnales y la sombra constante de la muerte, que ofrece todo
un catálogo de posibilidades a la protagonista, desde el lanzamiento al vacío
hasta el corte de venas.
Es Permafrost también el debut en la novela de su autora, quien ha publicado
diez poemarios reconocidos con distintos premios. Reflejo de ellos son las
numerosas y contundentes imágenes poéticas, que aportan al texto una cadencia
bellísima y original. Pretende la obra ser asimismo la primera de un tríptico que
ponga el foco en las diferentes etapas de una serie de mujeres protagonistas.
Traducida del catalán (en su idioma original, Permagel), y calificada como
fenómeno literario en España, Permafrost engancha al lector con un humor
negrísimo e inteligente, un estilo agudo y directo, muy visual, y un mensaje de
reivindicación de la libertad femenina en el placer y en la soledad. Será muy
necesario desprendernos aunque sea por unos instantes de nuestra propia
membrana de escarcha para caminar a través de un oscuro túnel de la mano de
la protagonista, para llegar a un final en el cual quizá, y solo quizá, encontremos
una luz prendida.