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Seda, dispara su Segundo Impacto.

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por Sandro Maciá

Nuevo Ep de Seda, tres de tres

Yo no se si es por aquello de que la Navidad acaba por cambiar a uno, o simplemente es que el aquí presente se está cansando de seguir la corriente. Vaya usted a saber… Lo que sí tengo claro es que, declarándome conscientemente en huelga en lo que viene siendo el traer la típica recopilación de los mejores discos del año -2019, se entiende- o de los más esperados y hypeados -del 2020, claro está-, me decanto por la unidad como medida de calidad. O lo que es lo mismo, por dar el protagonismo a un sólo candidato mientras afilo el bisturí para diseccionar -pero poco a poco y según vaya llegando el momento- toda novedad (o sorpresivo descubrimiento) que se nos presente semanalmente.

Y no es que no coincida con algunas de dichas recopilaciones o top-lists que, con acierto -algunos, tampoco seamos falsetes- y trabajo, han presentado muchos compañeros del gremio. No, lo que pasa es que hoy merece pasar por las virtuales letras de este webzine una banda eclécticamente paralela a cualquier top y libre de atadura clasificatoria, como es el caso de Seda, un trío vigués que vuelve a las pistas -musicales y de baile- con su EP, titulado Segundo Impacto (La Melona / Ataque!, 2019), para hacernos más llevadera esta transición de década, ayudándonos a olvidar todo atisbo de melancolía y poniéndonos las pilas como ellos saben, con buen ritmo.

Sin dejar de lado el espíritu experimental que les ha llevado a ser quienes son, pero centrados más en el cultivo de un pop que sirve de eje central a las extrapolaciones que puedan hacerse en sus variantes más ambientales o dance, Seda incluye en este Ep cinco temas luminosos y coloristas que, si bien suponen un punto y seguido en la trayectoria que han ido configurando con sus dos anteriores trabajos -Cueva Negra (2018) y Fer (2019)-, sí denotan un sonido más depurado y una mayor concreción compositiva. Cualidades, estas, que podemos apreciar desde Miles de voces -primer corte, animado y coreado entre sintes- hasta Ylt -menos efusivo, pero rico en matices y profundidad-, pasando por el alegremente percusionado Escombro -de original letra y estructura-, el bailable Oliver -casi tropical, pero al estilo electrónico y con algún momento de paz entre la imparable diversión- o el redondo Todo el mundo, donde certeras frases cuadran en el circular universo de bases sólidas y loops algo disco.

Grabado y mezclado junto a Julián Goikoa -pieza importante en sus trabajos previos-, Segundo Impacto es el nuevo paso que estos tres jóvenes debían dar, llamando nuestra atención de nuevo y captando nuestro interés, tanto en lo musical como en lo visual, pues no olvidemos que la portada del trabajo es del diseñador gráfico Oscar Raña, también responsable de la imagen visual en redes de la banda, e integrante de esta.

 

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