Amar a Lawrence.
por José L. Romero González
«Para leer con pasión. Con ardor». («Le Point») .
“Escribo mi libro con el cuerpo,
como habría hecho Lawrance”.
AnaïsNin
Cada hijo sale… como sale. Tan distintos… pero con rasgos comunes.
De Catherine Millet había leído su atrevida obra La vida sexual de Catherine M. y ahora Amar a Lawrence, publicada por editorial Agrama. Tan diferentes, pero con similares peculiaridades. Como los hijos.
Y de su estudiado D. H. Lawrence sólo «El amante de Lady Chatterley» , desconociendo el resto de su obra, incluidos los que llevan por título a dicha distinguida señora como «El primer amante de Lady Charteley» , «La segunda Lady Charterley» (Jhon Tomas y Lady Jane)… Novela de 1928 que no fue publicada íntegramente en Inglaterra hasta 1960 por describir el acto sexual con “una veracidad que aturde”.
“Autora escandalosa que dedica dos años de su vida a obras tan escandalosas como «Mujeres enamoradas» y «El amante de Lady Chatterley» podía ser la cabecera de un artículo periodístico. Dos años estudiando al mismo autor, sus novelas, poemas, artículos… Me entero que no ha sido la única, que Anthony Burgess, Anaïs Nin, Henry Miller (para yo identificarles: El reino de los réprobos, Delta de Venus, Trópico de Cancer, respectivamente) fueron exégetas de la obra de Lawrence.
C. M se centra en los misterios del deseo femenino, en la moral de la época cuestionada por el trasgresor H. D. L. Al que algunos de sus estudiosos lo calificaron de “puritano escandaloso”, “el más tímido que he conocido nunca”…y él hubiera deseado “… ser un zorro o un pájaro pero mi ideal ahora es tener una caravana y un caballo y moverme sin tregua, sin tener jamás vecino” (frase de su obra Canguro, desarrollada en Australia, que entresaco precisamente la noche que vuelvo de ver en un solitario cine, en un aislado centro comercial, de un desértico polígono de naves cerradas… Nomadland de Chloé Zhao. Es decir, cuando retorno a mi casa harto de soledad en carreteras, calles, sala del cine, película y caravanas. Después de haber aprendido que “houseless”, no es “homeless”)
Nómada era H.D.L. en cierta medida. Sólo como ejemplos cercanos a nuestra latitudes: De Bandol atlántico y Port-Cross Mediterráneo a París, de Barcelona y Palma de Mallorca a Florencia, Baden-Baden y Rottarch… murió en el alpino Vence y terminaron sus cenizas en Taos. Su clasificación como viajero queda clara en sus palabras: “Nos vamos a Australia; Dios sabe por qué: porque hará más fresco y el mar es extenso”.Como si fuera sólo el bajarse tres paradas más allá de tu destino habitual. “Creo que Nuevo Méjico fue para mí la experiencia más grande que el mundo visible me haya concedido”. Y que conste que no pertenecía a la National Geographic.
No era un vagabundo, porque desde un punto de partida sabía cuál era su punto de llegada y la ruta entre ambos. Pero no leemos a H.D.L. por viajero, sino por escritor. Un escritor menos organizado que como trotamundos: “Cuando me siento, nunca sé lo que voy a escribir”. Pero era rápido y reescribía una y otra vez sus obras. Lo hizo dos veces con «El transgresor» , «Mujeres enamoradas» y «La serpiente emplumada» . Tres con «El pavo real blanco» . Cuatro con «Hijos y amantes» . Ocho con «El arco iris» … y ya he dicho que hay tres versiones sobre los amores de Lady Chartteley. No revisiones. Dejar aparte el manuscrito y escribir otro, otro,…
Opinaba A. Nin que H.D.L. de “muy a menudo escribía totalmente como escribiría una mujer”. Prueba de dicha aseveración es la afirmación de la protagonista en La segunda Lady Chatterley: “No quiero ninguna clase de dueño”. Tanto que un crítico atribuyó a una escritora la novela «El pavo real blanco» .
Amar a Lawrence es una atrevida mezcla de ensayo sobre la obra de un hombre solitario, furioso, desencantado, hijo de minero, vagabundo, poeta sumergido en el desierto, narrador obsceno… contada por una autora cuyo interés, común con el estudiado, es la exploración de los misterios del deseo femenino.
Me ha caído bien H.D.L. porque, entre otras opiniones, coincidimos en esta frase: “Más habría valido que Jesús hubiera estado más atento a María Magdalena y menos a sus discípulos” . Otro gallo le hubiera cantado a Pedro.