ASTILLAS EN LA PIEL de César Pérez Gellida.
por Ana Olivares
Víctimas y verdugos.
Ya hemos saboreado la última novela de Gellida, uno de los mejores escritores de novela negra de nuestro país; y tenemos que confesar que nos ha dejado un buen sabor de boca y con cara de idiotas, como ya nos tiene acostumbrados. Y es que lo ha vuelto a hacer, ha conseguido sorprendernos con nuevas artimañas que descolocarán al lector y lo introducirán en un juego macabro que tendrá consecuencias nefastas para algunos de los personajes que protagonizan este thriller psicológico.
Nos adentraremos en el pasado y presente de dos amigos de la infancia que compartieron años de internado y Universidad, Álvaro y Mateo, para los que el destino ha surcado futuros muy diferentes. Álvaro se ha convertido en un autor súper ventas, goza de un buen colchón económico y no le apetece nada tener que acudir a la cita ineludible que le ha propuesto Mateo, un crucigramista en números rojos y algo atormentado. Sin embargo, parece que ambos tienen deudas pendientes y estarán dispuestos a colaborar juntos para lograr que uno de ellos, se quite una espina que lleva años clava en la piel…Una botella de wihsky Dick servirá como aperitivo que inicia un macabro juego en el que nada es lo que parece y en el que la confusión se entremezclará con las ganas que tendremos de averiguar un desenlace de lo más sórdido. Su encuentro se da en Urueña, un pueblo muy bonito de Valladolid que sirve de escenario perfecto para recrear el ambiente de misterio y tensión. Las escenas se sucederán alternándose entre el pasado y el presente que los acontece, creando una vía de pistas a seguir por el lector que lo obligarán a dejarse llevar por una trama que puede parecer obvia al principio, pero que lejos de eso, se transforma en un rompecabezas al más puro estilo gellidista. El grueso de la historia sólo de centrará en estos dos amigos. Sus trayectorias vitales vienen condicionadas por su pasado, por las vivencias, pero sobre todo por las decisiones que tomaron y que les condujeron directamente al punto de partida en el que se encuentran ahora. Lo que se traduce a su vez en un método diferente del que estamos acostumbrados en las novelas de dicho autor, demostrándonos que puede hacer lo que desee con sus lectores, pues sus fórmulas siempre funcionan. Cuál alquimista de las tramas, cada capítulo se inicia con la definición de una palabra que conforma el resultado de un crucigrama final que añade sentido y originalidad a la lectura. Las escenas son muy visuales y detallistas, concentradas en ciertos episodios que se entremezclan en un marco de ensueño como es Urueña, la Villa del libro, con murallas que encierran mucha cultura en un lugar tan pequeño como hermoso. Una forma maravillosa de promocionar también su querido Valladolid.
Se tocan temas delicados, como el abuso infantil y el bullying, detonante de la futura psicología de algunos personajes. A su vez, se hacen varias alusiones de algunos conceptos de otras novelas de Gellida, como la suerte del enano o Augusto Ledesma, que suponen un guiño del autor; junto con una conversación muy interesante acerca de referentes literarios tan enormes como Joyce y su Ulises de 1922, quien destaca por su retrato de la naturaleza humana y por su maestría con el uso del lenguaje; algo que cuida mucho nuestro autor, regalándonos un vocabulario rico y vivaz con el que nos sumerge de lleno en las mentes más oscuras . También se abre un debate acerca de autores noveles y consagrados, y de cómo los integramos dentro del panorama literario del momento. Argumentos justificados ya que Álvaro es un autor que ha sido capaz de triunfar con su personaje de Suso y la novela negra. Otro guiño que podríamos interpretar como un alter ego del propio Gellida; pero esta ya es una idea que lanzamos al aire, que cada cual saque sus propias conclusiones. Ya que lo que realmente nos preocupa aquí es averiguar quién es el depredador y quién es la presa en esta inquietante historia. Y con la aparición estelar de Sara Robles casi al final.
Astillas en la piel son las que nos dejarán este absorbente thriller, que nos confundirá, manteniéndonos en vilo desde la primera página demostrándonos una vez más que César Pérez Gellida es un maestro del género negro. Y por si alguien tiene alguna duda acerca de esto, sólo tiene que comprobarlo por sí misma o por sí mismo; les garantizo que será un viaje apasionante.
Traición, venganza y sangre, mucha sangre fresca.
