¡Guaug! (A cara de perro) de Ánzoni Martín.
por Lara Vesga
No creo que vuelva a leer nada ni remotamente parecido a ¡Guaug! (A cara de perro) a no ser que se escriba una segunda parte de este libro sin igual. Ánzoni Martín (Madrid, 1971) nos lanza, como si de un hueso se tratara, un mundo distópico en el que los perros son los protagonistas absolutos.
Nanoperros que se insertan en los cerebros humanos y los devoran, niños-perro, perros de élite, humanos que disfrutan dándose festines con carne de perro. El autor rinde homenaje al mejor amigo del hombre y al vínculo que les une a ambos en una serie de capítulos que también aprovechan la coyuntura para meter el dedo en la llaga de nuestras carencias como sociedad.
Tras El largo viaje del LSD al ADSL, su primera novela publicada en 2017, ¡Guaug! (A cara de perro) nos enfrenta a nuestras peores y mejores versiones de nosotros mismos a través de la mirada de distintos canes. Uno de ellos, por cierto, comparte nombre con el propio perro del autor, un perro paseador y muso llamado Wifi. Otros son Pin y Puk, unos perros clonados; Nigan, un can potenciado sensorialmente que ha sido abandonado por los padres de Carlitos, un niño que considera al perro su mejor amigo. Centros de experimentación con perros, tráfico de chuchos maltrechos, Canviar, un alimento de lujo elaborado a base de perros diminutos… Abunda en esta perruna obra un humor sádico y retorcido que sazona un estilo literario único con el que Ánzoni Martín marca territorio, a la vez que nos prepara para un hecho del que el autor está convencido: el perro acabará gobernándonos y cubriendo el vacío de políticos honestos y fieles.