Los ricos de Franco de Mariano Sánchez Soler.
por José Luís Sola Marín
Cuando se habla de la dictadura franquista siempre se suele hacer referencia a las consecuencias de la guerra civil: depuraciones, campos de concentración, exilio, fusilados. El aparato represor no paró en 40 años: torturas, detenciones ilegales y registros sin ninguna garantía judicial por parte de la brigada político-social, persecución de los disidentes políticos, censura…
Pero en el plano económico siempre se había puesto el acento en el desarrollismo económico tras un periodo de autarquía favorecido por la entrada de divisas por parte de los emigrantes y el cambio de estrategias económicas llevada a cabo por los tecnócratas relacionados con el Opus Dei.
Pocos son los que habían realizado un análisis tan minucioso y detallado sobre las familias ricas de la época como Mariano Sánchez Soler que en 2003 ya escribió «Los Franco, S.A.: ascensión y caída del último dictador de occidente» , y ahora lo ha vuelto a hacer con «Los ricos de Franco» , grandes magnates de la dictadura, altos financieros de la democracia, centrándose en aquellos que aprovecharon sus conocimientos y posición para enriquecerse gracias al régimen.
El primero al que vamos a hacer referencia es al contrabandista y banquero, Juan March, como dueño de Transmediterránea, comerciaba tabaco de forma ilegal, hecho que fue fuertemente penado por la República de la cual quería vengarse. La realidad es que estaba pagando menos impuestos de los que declaraba y, por tanto, defraudando a la Hacienda pública. Como revancha, se alineó con los sublevados financiándoles, él fue la persona que pagó el avión con el que se trasladó a Franco desde las Canarias a Marruecos para desde allí perpetuar el golpe.
¿La contrapartida a tan leal hazaña? Dos son las más destacables, la primera de ellas la Orden Ministerial del 19 de octubre de 1939 con la expresa prohibición de crear nuevas entidades bancarias o la imposibilidad de adquirir acciones o participaciones de otros negocios bancarios. La segunda, la adjudicación de forma sospechosa en subasta por un importe irrisorio de la Barcelona Traction, (la Canadiense) a Fuerzas Eléctricas de Cataluña (FECSA), empresa creada por el susodicho.
No sólo hubo beneficios para Banca March, también para Banesto (absorbido por Santander), Hispano Americano (absorbido por Santander), Urquijo (absorbido por Banco Sabadell), Santander, Bilbao y Vizcaya (ahora un mismo banco, BBVA).
Casualmente, los dirigentes de la banca tomaron rápidamente partido el 18 de julio de 1936 por el alzamiento militar y no fueron pocos los miembros de las familias Oriol y Urquijo, Ybarra o Arteche que lucharon en el bando sublevado.
Antes de la Guerra (in)civil existían 5 grandes empresas eléctricas: Sevillana de Electricidad (ENDESA), Hidroeléctrica Ibérica, Hidroeléctrica española (IBERDROLA) y Unión Eléctrica (integrada en el banjo Urquijo –ahora Naturgy) además de la Barcelona Traction de la cual ya hemos hablado (ahora ENDESA), todas ellas relacionadas con los bancos.
Luego están las familias políticas y asimiladas, los asiduos del Pardo como los Martínez-Bordiu, ingeniero de minas, con cargos en los consejos de administración de Duo Felguero, Hunosa, Caja de Ahorros de Madrid, entre otros, o el Marqués de Villaverde, jefe de Cirugía Torácica de diversas entidades o jefe de departamento de la Ciudad Sanitaria de la Paz.
También tienen su hueco en el libro las familias Coca, Aguirre, Koplowitz, “los Albertos”, Barreiros, Rato, Aznar, Martín Villa o las grandes empresas como ACS, Agromán, Acerinox, Ensidesa…
Podríamos hablar de una corrupción institucionalizada, que podría perdurar en la actualidad, en la que poder político y poderes económicos serían simbióticos, estarían mimetizados y el control, la ética y la legalidad quedarían en entredicho.
Mariano Sánchez Soler ha desarrollado una intensa labor como novelista, poeta y ensayista. Ha colaborado con diferentes medios como el semanario Tiempo, Periódico de Cataluña, Interviú y El Temps. Galardonado con diferentes premios como el Premio de la Crítica Literaria Valenciana 2012 con su ensayo Anatomía del crimen. En la actualidad se dedica a la creación literaria y a la docencia.