BALONCESTO, deportivo debut rockero.
por Sandro Maciá
Primer EP de BALONCESTO
Aunque yo no sea muy deportista, a veces, entrar en la cancha se hace necesario para ejercitar músculos y espíritu. Y más si se trata de darle vida a los tímpanos -el resto del cuerpo va siguiendo el ritmo después- y de redescubrir joyas que, más artísticas que deportivas en realidad, nos dan un chute mayor que el de cualquier tanto, gol, punto… ¡o canasta!
Más esto último, sinceramente. El aro con cuerdas hace más justicia a lo que tenemos entre manos hoy. Un proyecto que llega con más ímpetu que un mate y que no merece ser custodiado entre las verjas de cualquier pista, sino difundido hasta el infinito. Un trabajo que -ahora entenderán- invita al arremangamiento propio de un buen partido de basket para hacer honor al gesto de anunciarles que aquí llega -vuelve, más bien, con mayor fuerza si cabe- BALONCESTO, término homónimamente utilizado para poder llegar al fondo del asunto: la presentación de un Ep así titulado, obra de un trío de bajo, guitarra y batería que, igualmente nombrado, da forma a las tres canciones que lo componen.
Escrito en mayúsculas, como aparece en todas sus incursiones mediáticas el nombre de este“grupo de verdad” -así se hacen conocer, y seguimos con la cita: “en un momento en el que ya no hay casi grupos de verdad”-, BALONCESTO, aún teniendo menos de un año de vida pero habiendo recorrido ya múltiples escenarios madrileños, donde “han desplegado su rock más grande que la vida”, demuestran que la música debe nacer para ser disfrutada -indudable si esta surge de las locuras de tres colegas que se juntan- y así nos lo hacen saber con los alegatos que nos llevan a dicha conclusión: Multicolor, Macondo Amarillo y Salvando La Tierra (Tú y yo).
Esos, y no otros, son los títulos que encontraremos en el citado Ep. “Canciones de las que dejan huella”, como ellos mismos afirman. Temas que van creciendo a partir de sigilosos empieces -escuchen Multicolor- para ir rockandrolleando hasta festivas estrofas y poperos estribillos; cortes que ya empiezan on fire, como el segundo, Macondo Amarillo, que, pese a algún oasis de tranquilidad, no desiste en su fuerza en ningún momento, ¡siempre arriba!; y así hasta llegar a Salvando La Tierra (Tú y yo), una despedida dulce en sus primeros compases que vuelve a jugar al despiste cuando rompe entre distorsiones según va avanzando.
Al final, va a ser cierto esto de que reunirse para hacer música, entre buenos amigos, es una fórmula que funciona, pues gracias a ella conocemos hoy a los valientes “jugadores” de BALONCESTO y su apuesta por el sonido “noventeramente” guitarrero del right here, right now, vamos, del aquí y el hora más verdadero.
