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DURANTE LA PLAGA de Daniel Serrano. 

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por Ana Olivares

Melancolía histórica y policial.

«Están todos muertos» . Marzo 2020. Ulises Lombardi es un detective, un antiguo guerrillero argentino de 67 años afincado en Madrid. El Legionario, un colega de “profesión” hace años le pidió que cuidase de su sobrina Sara si a él le pasase algo. En la actualidad, es ella la que cuida de él. Con este pequeño apunte quería poneros en situación y adelantaros que se trata de una novela negra repleta de denuncia y acción. Con un protagonista inusual que nos atrapa -al igual que el resto de los personajes-; obsesionándonos con los fantasmas de su pasado, necesitando conocer más. Por lo que los saltos en el tiempo a caballo entre Madrid y Buenos Aires, nos permiten enlazar todos los detalles, relatos personales y consecuencias que conforman esta maravillosa trama oscura que brilla por momentos.

«Durante la plaga» nos introduce en ese escenario catastrófico que nos dejó la pandemia. Nos demuestra que la realidad supera con creces la ficción. Respiramos ese ambiente de resistencia, casi bélico, que vivimos durante el Estado de alarma. Sobre todo, está presente el miedo, que se palpa junto al horror por tantos muertos que se agolparon en las residencias de ancianos o en los saturados hospitales; sin olvidar los que murieron en sus propias casas, en la calle…Y la mayoría de ellos lo hizo completamente solos, sin una mano que les sostuviese la suya mientras partían. Nuestro autor narra un sentimiento común y devastador del que fuimos testigos y que, a su vez, sirve de analogía a los miles de muertos y desaparecidos que dejó la dictadura de la llamada Revolución Argentina. Por lo que, si la analizamos en conjunto, en este sentido, hablamos de una novela con un alto contenido de denuncia social y política muy necesario.

La narración tiene ese tinte melancólico que logra un tono casi romántico independientemente de cómo juzguemos a cada uno de los personajes. Aunque no hace ni falta, ellos mismos son conscientes de su pasado y de que esté volverá para ajustar cuentas. Nos sintamos más identificados o no con sus intenciones, se trata de voces colmadas de experiencia que atrapan sobremanera. Ya que cómo bien dice su autor: no somos del todo buenos o malos, somos demonios o ángeles.

Tenemos tantas frases relevantes en esta novela como reflexiones llenas de verdad. Otro de los puntos fuertes es su trama. Un entresijo de viejas rencillas y venganzas personales entremezcladas y enquistadas años atrás. Como la de Bauer, viejo enemigo de Ulises, que nos presentará sus inicios como uno de los mafiosos y torturadores más oscuros que representa la odisea que Lombardi todavía no ha terminado. Por eso la historia de Lorena sería la más necesaria de todas. Es la representación del calvario de una víctima, de tantas que hubo en El Sótano. Esa cárcel de Buenos Aires donde cientos de mujeres y hombres desaparecieron. Y es que la dictadura de Argentina no dista mucho de la dictadura de España con Franco. Sin olvidarnos de la guerra civil que las precede, donde ambos bandos son víctimas. Pero la represión que llega después para el bando perdedor es desgarradora. Sin embargo, todo el misterio del caso reside en encontrar a Teodulfo, un anciano con demencia senil que apenas recuerda quien fue, pero tiene una lista de nombres…Para esto Sara se esmera en ayudar a Ulises, formando un equipo que ni ellos mismos imaginaban. A la vez que Lombardi se enfrenta a los demonios de su pasado.

Hay una escena con Cheyenne, que personalmente me han gustado mucho por ese guiño a las películas del oeste. En este caso, el bueno es el indio. Me ha recordado a mi padre y eso no tiene precio. Después de lo que he disfrutado con esta novela, tengo que conseguir la anterior: Cal viva (2019) y colocarla en mi montaña de libros pendientes por leer.
No sólo os recomiendo leer esta novela, ya que no os dejará indiferentes; sino que os pido que cómo lectores estéis a la altura de ella. Y es que cuando nos encontramos con obras que poseen un estilo único y cuentan una buena historia, nuestro deber es compartirla.

Durante la plaga
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