Historia de fantasmas de Laura Freudenthaler.
por Ana Olivares
Una amante fantasmagórica.
Se trata de una novela muy onírica. Las conversaciones están integradas dentro de la narración y entremezcladas con las sensaciones y pensamientos de Anne, nuestra protagonista. Quien poco a poco va cayendo en el pozo de la alucinación mientras sostiene la convicción de que su marido tiene una aventura con una joven, a la que llama «la chica» . Claro está que seremos incapaces de determinar si se trata de una amante real o bien ha sido personificada bajo los propios miedos e inseguridades de Anne.
En esta especie de triángulo amoroso las escenas de pasión se concentran en momentos que evocan en Anne temor; y un sinfín de sentimientos encontrados que la hacen reflexionar sobre su infancia, su familia y acerca de la rutina de su vida en sí. Los tonos de la gente al hablar, sus movimientos os su forma de andar, los gestos, los ruidos tan característicos de cada uno…todos ellos van marcando los compases de su propia realidad. Una cotidianidad que se puede volver asfixiante y al mismo tiempo convertirse en un palacio de cristal al que asomarnos gracias a esas grandes descripciones de bosques, paisajes helados y de la madre Naturaleza, que también están presentes y nos reconfortan de alguna forma dentro de este espejismo.
Como el musgo que se adhiere a las rocas o el manto espeso de la hierba que cubre un prado, ahí se resguarda Anne; sucumbiendo finalmente a la espiral dorada de un oído que a veces, será testigo inequívoco de la traición de su marido.
Esta cualidad excepcional que la caracteriza la emplea como profesora de piano en una excelente escuela de música. Pero justo ese mismo año, ha pedido una excedencia para dedicarse a esta pasión. Tiene que practicar, mejorar su técnica y componer. Y en vez de ponerse a ello, se pasa cada día yendo a la cafetería, con su diario a repasar y recoger los restos del huracán que ha supuesto y suponen cada día la sombra que esa, «la chica» , ha causado en su matrimonio. Cada noche la atormenta recordándole que ya es mayor, que no tiene nada que hacer compitiendo contra su juventud y que, además, es demasiado débil y cobarde como para enfrentarse a la verdad. Todo ello mientras olvida que debe cuidarse y tratar de reconducir su vida antes de que sea demasiado tarde para su relación y la relación que mantiene con el Mundo. Comprenderemos entonces porqué su día a día se ha convertido en un oscuro pozo sin fondo en el que Anne descenderá repleta de pasión, celos y culpa.
La realidad aparece difusa a través de las inquietantes descripciones de nuestra autora. Me ha costado distinguir entre la realidad y la fantasía dentro de una ficción que logra atraparnos paulatinamente a través de los detalles que contienen las divagaciones de Anna. Además, su estado anímico va decayendo por completo y se corresponde con su salud mental, que no funciona del todo bien debido a su obsesión creciente con la presunta aventura de su marido; quien, en realidad, sí está ausente por trabajo, pero las pocas veces que se ven procura que ésta se alimente y se cuide. La familia es otra sombra que planea alrededor de Anna, como sus padres o el hermano de Thomas; aunque a quien necesita es a su amiga y confidente mientras que «la chica» pulula alrededor de todo, de todos, de ella… ¿Quién es ella? ¿Porqué insiste en mantenerse oculta si las dos saben que siempre ha estado ahí?
Un relato que evoca tristeza, esperanzas rotas y una conversación interna, a veces realista y otras veces inverosímil, que nuestra protagonista mantiene consigo. Como la que podríamos mantener cualquiera de nosotros mismos sin hablar. Aquí los detalles son muy importantes, pequeñas piezas que irán componiendo este pequeño relato, intimista y de tintes fantásticos que nos harán sentir empatía por Anne.
Tengo entendido que este libro ha sido reconocido por un Premio Europeo literario, por lo que no sólo lo recomiendo yo, sino la crítica.
