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Las palabras justas de Milena Busquets. 

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por Rubén Olivares

Hay libros que lees del tirón, porque su lectura engancha, están escritos con un estilo que invitan a no despegar los ojos del mismo y porque son breves. Son ese tipo de libros que devoras en un fin de semana o que vas consumiendo a sorbos, como quien disfruta de un café, en esos momentos que todos sacamos a lo largo de nuestro día. “Las palabras justas”, el nuevo libro de Milena Busquets, es el perfecto ejemplo de este tipo de obras. Un diario sin prólogo en el que nos sumergimos en la crónica de su vida durante el 2021. Leyendo sus páginas acabas sintiéndote identificado con sus reflexiones, porque son fotografías de instantes de su vida, fogonazos reflexivos y confidencias que bien podrías hacer a tus allegados, con las que todos nos acabamos viendo reflejados. Este libro tiene un “je ne sais quoi”, que te atrapa. Y créanme, es la mejor razón que encontrarán para adentrarse en el mismo.

No me extenderé con sesudas razones para argumentar porqué tienen que leer este libro. Simplemente háganlo. Es un libro divertido, inteligente, muy bien escrito y con el que acabas empatizando, porque a todos nos han ocurrido historias parecidas. No se van a arrepentir de leerlo, como tampoco se arrepiente uno de comer un helado, pasar una tarde de verano en la playa disfrutando de la brisa del mar o de una entretenida charla con los amigos, ese tipo de actividades que te alegran, que te gustan que quisieras alargar porque siempre te saben a poco y que es estúpido argumentar y razonar porqué deberías disfrutar de esos momentos o porqué te gustan tanto: porque son instantes de felicidad, microplaceres que te animan el alma. Y el libro de Milena entra dentro de esa categoría. Lo disfrutas, te emociona, te hace reír, te divierte y te sientes cómplice de las confesiones de su autora, a la que metes rápidamente en el cajón de “a tener en cuenta para futuras lecturas”.

Tengo una amiga a quien le encanta subrayar frases de libros que le han llamado la atención y le han hecho reflexionar. Si yo hiciera lo mismo, creo que subrayaría todo el libro de Milena porque lo he leído del tirón, dejándome arrastrar por sus palabras. Milena tiene un estilo sencillo, huye de lo pretencioso y sin embargo mantiene la elegancia a la hora de expresar su verdad. Si tuviera que elegir qué entrada de este peculiar diario es la mejor, escogería todo el libro. Sus reflexiones sobre sus hijos adolescentes, los novios que ha tenido, la forma de jugar con el lenguaje, algunas veces con un aire pretencioso que se desinfla rápidamente, porque en ningún momento hay soberbia en sus palabras, todo hace de este libro un obra que merece la pena tener entre manos.

Cuando acabas de leer “Las palabras justas” te das cuenta de que Milena Busquets ama y disfruta de las pequeñas cosas, esas que te alegran el día a día. Y es una autora que padece, se preocupa y se emociona por las mismas cuestiones que tú y eso te reconforta, porque sientes que la comprendes y que, de alguna manera, ella te comprende a ti. Y por supuesto comprende la importancia de “estar enamorada” como una de las mejoras formas de ser feliz. Y, qué quieren que les diga, me parece una de las mejores definiciones de felicidad que se pueden hacer. Quizás por eso su libro me parece tan redondo. Porque cierras sus tapas y acabas pensando: “Esta mujer lo ha pillado. No se puede decir mejor”.

 

 

Las palabras justas
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