VÍNCULOS de Antxiñe Mendizabal Aranburu
por Lara Vesga
La palabra vínculo viene del latín vinculum y significa atadura. Esta es una historia de tres matrioskas, varias madres paralelas y muchos vínculos, algunos ligeros y otros que atan y encadenan de por vida.
La primera de las muñecas rusas es Matilde, una mujer de una familia bien obligada a casarse con un próspero empresario gallego bastante más mayor que ella mientras permanece secretamente enamorada de un soldado que se juega la vida día tras día muy lejos de ella.
La segunda de las protagonistas de esta novela es Teresa, la más pequeña de los hijos de Matilde, una niña en la que su madre volcó toda su frustración, su frialdad y su indiferencia. Y la tercera es Amaia, la hija de Teresa y la oportunidad de esta última para enmendar todas las carencias afectivas que ella tuvo en su niñez.
En un recorrido que comienza en 1941 y llega hasta nuestros días, la historia de estas tres mujeres pamplonesas y sus respectivas generaciones es reflejo fiel a su vez de la Historia con mayúscula de la posguerra española, del fin de la dictadura de Franco y de los peores años de la lucha armada de la banda terrorista ETA.
Antxiñe Mendizabal Aranburu (Zumarraga, 1968) hace una operación a corazón abierto con las relaciones entre madre e hija en Vínculos, diseccionando las maternidades forzosas, analizando los sentimientos contrapuestos dentro de la familia y aplicando puntos de sutura con la presencia de aquellas otras madres no biológicas que no comparten la sangre con sus hijas, pero sí todo lo demás.
Formalmente impecable, y con una enorme labor de documentación que se deja notar en cada página, la vívida crónica de la familia Echaluce es la primera novela de Antxiñe Mendizabal, originalmente escrita y publicada en euskera y traducida ahora al castellano por Bego Montorio Uribarren (Bilbao, 1959). Editora y escritora principalmente de literatura infantil, Mendizabal da el salto a lo grande a la novela con una narración sumamente emocionante que cala hondo e invita a la reflexión sobre nuestros propios vínculos familiares, especialmente sobre el materno filial.
El lento pero implacable paso del tiempo también rezuma en cada línea del texto, reflejando las distintas formas de vida, modas, sucesos, luchas y cambios de cada época, mostrando las mutaciones en las relaciones interfamiliares, hasta llegar inexorablemente al final del camino con la enfermedad, la vejez y la muerte, en definitiva, la última oportunidad para ajustar cuentas con nuestros vínculos.