Cómo ser el mejor amigo de tu perro de Elena Bulay
por Ana Olivares
La historia de Jo, una perrita entrañable.
Partimos de la propia experiencia de nuestra ilustradora Lena, con su perrita adoptada Jo, a la que conoció en una casa de acogida. Iremos recorriendo sus páginas llenas coloridas y preciosas imágenes repletas de ternura, delicadeza y comprensión acerca de lo que implica tener un perro en casa. Tal y como ella nos cuenta, hasta ahora nunca había tenido un perro como compañero de vida, y las preguntas que le abordan fueron muchas, sobre todo su preocupación por cubrir todas las necesidades del animal. Desde consejos de cuándo llevarlos al veterinario, de cómo ofrecerles una dieta equilibrada ya sea casera o comprada en lugares especializados; hasta consejos y anécdotas de conducta que nos ayudarán a poder crear un espacio en los que nuestros perros se sientan protegidos y en armonía con su propia naturaleza. Encontraremos aspectos que algunos o algunas ni siquiera se habrían planteado; y aquí radica la importancia de abrir nuestras mentes a personas que se dediquen a compartir sus vivencias y experiencias acerca de un tema que nos afecta desde muy cerca si somos amantes de los animales. A la vez que con este tipo de lecturas también fomentamos el respeto por los animales, luchamos contra su abandono o contra su maltrato y tomamos conciencia de la responsabilidad que conlleva ser sus tutores legales. Y es que tener un perro no es un juego, tenemos a nuestro cargo un ser viviente, que siente y padece como cualquier ser humano, y que, además, depende completamente y para siempre de nosotros. Y con todo el amor y alegría que nos muestran, qué mínimo que intentar ofrecerles al menos una mitad de esa lealtad y amor que nos profesan.
Otro aspecto a destacar de esta novela ilustrada es la calidad de la historia. Es entrañable y muy real, en la que se muestra sin tapujos a la hora de plantear las dudas o miedos que pudieron abordar a nuestra autora con su perrita Jo. Sin embargo, ya nos cuenta que desde la paciencia y la comprensión consiguió logros muy importantes en los que su perra ganaría seguridad y confianza para salir a pasear sin miedo, montar en el transporte público e incluso aprender a relajarse sin temor -recordemos que Jo vivió en la calle desde que era una cachorrita-. También se preocupó como estimularla para que estuviese activa o simplemente se divirtiera plenamente. Con algunas anécdotas que nos sacarán más de una sonrisa y sobre todo nos inundarán con el mismo amor que se procesan Jo y Lena, y quizá este sea uno de los puntos clave de la novela. Y es que lo que realmente nos va a embaucar, es la bonita relación que ambas mantienen.
Y es que los perros que realmente nos necesitan están en los albergues o en las calles esperando una oportunidad, alguien que los vea y decida que ya nunca volverán a pasarlo mal. Para mí un animal, por salvaje que pueda parecer, no tiene voz propia y somos nosotros quienes debemos garantizar su seguridad y bienestar, ya que, como sociedad, deberíamos enfocar nuestra supuesta superioridad moral a este fin. Son seres inocentes que no tienen conciencia propia, pero son iguales a nosotros ya que tienen alma y comparten el mismo mundo en el que vivimos. Independientemente del concepto de alma que tengamos cada uno de nosotros, lo que realmente aprenderemos con este entrañable libro es a cuidar de nuestros perros de la mejor manera posible; y asegurándoles esto, podremos convertirnos en sus mejores amigos. Todo un privilegio al alcance de muchos que se puede lograr a base de dedicación, esfuerzo y sobre todo mucho cariño.
Una lectura imprescindible para los amantes de los canes. También para todas aquellas personas que deseen inculcar o inculcarse valores esenciales para una vida cada vez más sórdida y exenta de éstos. Y es que la sociedad se enriquece con lecturas como esta.