El cementerio de los locos. La vida extraordinaria de Francesc Tosquelles de Evelyn Mesquida
por José Luis Solas Marín
Desde mi punto de vista, la diversa legislación de la República fue muy avanzada y modernizadora, de hecho, la propia Constitución de la República Española inspiró a la Constitución de la República Italiana o la Ley Fundamental de Bonn; no sólo nos referimos a la igualdad (Art. 2) o a la laicidad (Art. 3) o el sufragio universal (Art 36). La actividad legisladora de la República Española fue muy acertada en muchas materias como las mejoras en la educación, la ley del divorcio, la abolición de los castigos corporales en la vida penitenciaria (reforma acometida por Victoria Kent) y, por supuesto, en el ámbito de la salud mental.
Francesc Tosquelles, supongo que fuera de la medicina y de la psiquiatría es una figura más bien desconocida que también desarrolló nuevas formas de sanación y de reinserción en la sociedad de personas que habían sido durante siglos escondidas, ocultadas, discriminadas y silenciadas.
La realidad es que los “locos” no interesaban a nadie (ni interesan) en los hospitales franceses, salvo en el hospital de Saint-Alban. De hecho, entre 1940 y 1945, en la Francia de Vichy, más de 40.000 enfermos murieron de hambre y miseria en los hospitales psiquiátricos.
En Alemania, durante el III Reich, se aprobaron las leyes eugenésicas en las que se obligaba a la esterilización forzosa de personas que padecían enfermedades mentales o neurológicas, sordos, ciegos, personas con problemas de alcoholismo y cuyo único objetivo era el de conseguir una mejor raza aria. Los números son escalofriantes, entre 1939 y 1941, más de 100.0000 alemanes calificados de “débiles mentales” murieron en las cámaras de gas.
En España, Tosquelles en plena guerra civil puso en marcha un hospital de campaña en Almodóvar del Campo, convirtiéndose en un medio de la lucha antifascista y en el que empleó a personas civiles y militares ya fueran profesionales o no (incluyendo abogados, prostitutas y monjas). Fue capaz de enfrentarse al ejército franquista sin necesidad de empuñar un arma, lo cual le valió ser declarado “Médico Director” y conseguir un salvoconducto que le permitió exiliarse en Francia. En Francia, fue detenido y llevado al campo de concentración de Setfonda, donde la miseria, el hambre, la muerte y la enfermedad se extendían. A pesar de ello, fue capaz de mejorar las condiciones de vida de los prisioneros y desde allí llegó al hospital psiquiátrico de Saint-Alban, donde además de cambiar el paradigma de los hospitales psiquiátricos, en los sótanos se estableció un punto de la resistencia de la lucha antifascista.
A pesar de ello, Francia jamás reconoció el título español de medicina de Tosquelles, obligándole a estudiar de nuevo la carrera de medicina.
En el año 2023, las enfermedades mentales empiezan a preocupar muy lentamente a los partidos políticos y las instituciones, en una encuesta publicada en 2021, (haciendo referencia 2020), había 2,1 millones de personas con un cuadro depresivo, el 5,15% de la población; de ellas 230.000 sufrían una depresión grave, pero todavía es fácil encontrar exabruptos como el del diputado popular Carmelo Romero que le dijo a Íñigo Errejón (portavoz de Más País) que se fuera al médico cuando preguntaba al gobierno sobre la salud mental: es un resumen de lo que opinan grandes capas de la población.
“El cementerio de los locos” es una obra de una periodista y corresponsal durante años de la revista Tiempo en París, lleva una década trabajando sobre La Nueve, habiendo entrevistado a gran parte de los supervivientes y publicado diversos artículos sobre el tema.