Los empleados de Olga Ravn
por José Luis Solas Marín
Desde mi humilde opinión, lo que hay en el trasfondo del libro es si queremos máquinas que sustituyan a trabajadores y trabajadoras y, por ende, abrir el debate de qué harán las personas. La realidad es que las máquinas y los robots están desarrollando tareas y trabajos con reducido valor productivo y cada vez son más los campos en los que están presentes.
Si cada vez hay más máquinas ocupando puestos de trabajo, incluso los trenes pueden ir sin maquinista, ¿cuáles son los nuevos nichos de mercado en los que poder trabajar en un futuro, más cercano de lo que creíamos?
Si las máquinas sustituyen a los trabajadores es necesario considerar el establecimiento de nuevas figuras tributarias a las máquinas al objeto de sufragar las pensiones o un ingreso mínimo vital, puesto que si sigue avanzando la tecnificación y la tecnología el factor trabajo (en el que se incluyen todos los obreros y trabajadores) cada vez será (seremos) menos imprescindibles. Aquí nos vemos obligados a hacer un paréntesis para añadir uno de los lapsus más famosos del expresidente del gobierno, M. Rajoy, «Hay que fabricar máquinas para fabricar máquinas, lo que no hace la máquina es fabricar máquinas». Fuera de bromas, tendremos que ver y decidir qué queremos para la sociedad del futuro.
Por mi parte, es necesario aclarar que la lectura de la presente obra ha sido bastante complicada porque existen partes inconexas, incompletas que a veces tienen poco sentido (hasta casi el final), resaltando por ello las siguientes ideas, reflexiones y oraciones:
Ejemplos:
Página 52. Testimonio 053. “Mi cuerpo no es como el vuestro”. Aclarar, que eso es lo único que hay en la página.
Página 67. Testimonio 068. “¿Por qué tengo que trabajar con alguien que no me cae bien? ¿Qué provecho se sacaría de socializar con ellos? ¿Por qué razón los habéis hecho con un aspecto tan parecido al de los humanos? […]”
Página 83. Testimonio 085. “Lamento tener que comunicar que varios miembros de la tripulación han sufrido una erupción de verrugas. Tranquilos, cuando los atiendo llevo guantes, no debe inquietaros que haya peligro de contagio. Por el momento el tratamiento ha consistido simplemente en arrancarles las verrugas con unas pinzas y a continuación aplicarles una pomada en la zona. Bajo la verruga la piel aparece cubierta de puntos verdes y negros. En la cafetería había una empleada de pie en la barra comiendo una granada con una cuchara y yo no podía ver aquello. Cuando ella fue a por una servilleta tuve que darle la vuelta a la fruta.”
Página 123. Testimonio 165. “¿Estoy fundido en el programa como una rosa de cristal? La realidad es que las máquinas han facilitado las tareas de las personas haciendo su trabajo más fácil, sobre todo aquellas tareas más manuales y repetitivas y como ejemplos ponemos poner la rueda, el molino o los telares, pese a que fueran los propios trabajadores los que se opusieran durante la revolución industrial, pero para una sociedad que avanza con tanta rapidez, resulta desconcertante lo que nos puede parar el futuro en 5-10 años.”
“Los empleados” es una obra de Olga Ravn, poeta y novelista danesa. Además de a la escritura se dedica a la traducción y a la crítica literaria, labor que ejerce en Politiken y otras publicaciones danesas. Asimismo, también dirige junto a Johanne Lykke Holm el grupo de performance feminista y escuela de escritura Hekseskolen.