Madrina muerte de los Hermanos Grimm (edición de Sally Nicholls y Júlia Sardà)
por Ana Olivares
¡Nadie escapa de la Muerte!
En esta ocasión os presentamos uno de los cuentos clásicos de los Hermanos Grimm. Una joya de la literatura infantil ilustrada que llega justo a tiempo para convertirse en uno de los mejores regalos navideños que los más peques querrán tener. Las historias o cuentos de Jacob y Wilhelm Grimm, no son famosas por finales felices o estar ambientadas en submundos de magia y diversión; más bien son fábulas ejemplificantes que tratan de educar o de enseñarnos a través de sus moralejas, la parte más humana de los individuos y, por tanto, de nuestra sociedad. Y aunque se traten de historias del siglo XIX, dos siglos después, siguen sirviendo como fuente de saber y enseñanza. Esto no quita que se traten de historias fabulosas y bien narradas que nos atraparán desde la primera frase alimentando nuestro imaginario. Suelen estar basadas en el folclore y en las leyendas populares de muchos países, en especial de Alemania, ya que de allí eran estos dos famosos hermanos eruditos, de los cuales las nuevas generaciones de escritores también se han alimentado, incluso de sus propias figuras convertidas en personajes fantásticos.
El cuento que abordamos aquí es Madrina Muerte, la historia de un pescador pobre que buscaba un padrino para su hijo recién nacido. Como era pobre y sin recursos, ya que estaba pasando por unos meses malos con la pesca, al menos quería para su bebé un buen referente con el que sentirse querido y protegido. Se le ofrece Dios, el diablo y la propia Muerte, a la cual escoge por ser la única justa que acoge entre sus brazos tanto a pobres como a ricos, sin distinción alguna. El regalo de su nueva Madrina es poderoso y claro, le ofrece al pescador un oficio con el que poder ganar el pan para su familia, sólo tiene que seguir sus reglas y no salirse de ellas. Pronto dicho hombre se hace famoso, querido y comienza a amasar una pequeña fortuna como médico reputado del lugar. Hasta que un día el enfermo es el mismísimo Rey. Al principio, el pescador, trata de evitar por todos los medios acudir a la llamada real, un decreto por el que se convoca a todos los médicos de la zona para tratar de hallar una cura para el monarca. Sin embargo, finalmente acude, y cuando le toca dar su diagnóstico, urde una triquiñuela con la que poder salvar al Rey. Tras esto, sabe que ha cometido un grave error, se ha salido del plan de la Muerte y trata de huir lo más lejos que pueda. Hasta que esta la alcanza y lo lleva a sus dominios donde las vidas de las personas están representadas en velas que se van consumiendo lentamente. A pesar de que la Madrina Muerte está siendo respetuosa con él por el hijo del pescador, este continúa obcecado en cambiar las tornas de la historia para no salir malparado. Lo intenta, y lo consigue, pero a un precio tan alto, que cuando es consciente del alcance de sus actos se siente de nuevo desgraciado, solo y pobre. Moraleja: no juegues con la Muerte.
Aparentemente se trata de un tema escabroso; llamémoslo tabú para los niños y niñas; pero nada más lejos de la verdad, ellos son los que realmente están preparados para este tipo de novelas repletas de enseñanza y de verdad. Sus cabecitas aún no están llenas de prejuicios o de sentimientos de pérdida, por lo que este tipo de cuentos se convierten en excelentes vías que fomentan los valores y la ética. Y lo más importante de todo, es que, al estar pensados para ser narrados por otros, se convierten en un bello ejercicio que unirá a madres, padres, hijos e hijas en una aventura sin igual. Sus magníficas ilustraciones, entre sobriedad y colores puros, son otro atractivo que le otorga aún más valor a una lectura de lo más esencial.
Os aseguro que merecerá la pena sumergirse entre sus páginas, comprender su mensaje y dejar que los más pequeños saquen sus propias impresiones sobre la marcha, porque no hay nada más vivo que un niño despierto y con ganas de aprender.