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Ni permiso ni perdón de Cristina Torrón Villalta

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por Lara Vesga

Ni permiso ni perdón de Cristina Torrón Villalta

Ni permiso ni perdón de Cristina Torrón Villalta

Irene se ha quedado embarazada y no entiende por qué se siente culpable. Piensa que el embarazo es cosa de dos y que, ya puestos, igual ella es la que tendría que pedir explicaciones, porque es un semen ajeno el que ha entrado en su cuerpo.

Noela no quiere tener el hijo que espera y ve la luz cuando oye por la radio a Rebeca Gomperts, quien a través de su organización Women in Waves se dedicó a facilitar desde finales de los años noventa el aborto quirúrgico a mujeres que vivían en países donde estaba prohibido. Las operaciones se realizaban en un barco que llevaba a las mujeres hasta aguas internacionales donde solo tenía valor la ley holandesa.

Lara se enfrenta a un grupo de personas que realiza un escrache a las puertas de una clínica especializada en practicar abortos. Savita tenía treinta y un años, estaba embarazada y la dejaron morir porque en Irlanda está prohibido el aborto. Ella y su marido deseaban tener un hijo, pero Savita tuvo un aborto espontáneo a las diecisiete semanas. Los médicos sabían que el bebé no tenía ninguna posibilidad de sobrevivir, pero se mantuvieron firmes en que había que esperar a que el corazón del feto dejara de latir. En la espera, Savita murió de septicemia.

Estas y otras desgarradoras historias conforman Ni permiso ni perdón, un libro escrito e ilustrado por Cristina Torrón Villalta (Barcelona, 1979) que es un grito contra la experiencia silenciada del aborto y un rotundo golpe sobre la mesa para luchar contra el estigma y el tabú de esta vivencia individual que trasciende a lo colectivo.

Creadora del proyecto de educación sexual y fenómeno editorial Menstruita y organizadora de Menstruita Power, un encuentro anual sobre educación sexual, menstrual, emocional y feminista, la autora, de forma conmovedora pero también combativa, se sirve de esta serie de relatos para tirar de la manta de uno de los derechos fundamentales de las mujeres que siempre ha sido objeto de disputa. Tanto si el aborto es espontáneo o elegido, ¿cómo puede ser que en pleno siglo XXI dependamos del lugar donde vivimos para poder ejercerlo? Ni siquiera en España puede practicarse en todas las provincias. Ni permiso ni perdón quita la venda de los ojos de un manotazo sobre el statu quo del aborto, encendiendo una luz en mitad de la oscuridad que siempre se ha cernido sobre este derecho fundamental.

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