Sóc poeta de Alba Asensi
por Sandro Maciá
Musicalizando poemas.
Hace años, mis giros de guión habrían sido impensables e impredecibles. Pero, ché -como decimos por aquí-, ahora me flipa esto de poder dar el salto hacia el lado que me apetezca y, aunque la cabra tira al monte -y yo soy muy cabra y muy de no salir de los montes poperos, rockanroleros, electrónicos o experimentales-, seguir despistando a los que pensaban que sólo me verían con las Doctor Martens enfundadas en mis pies y mi camiseta de The Peawees, siempre al borde del escenario más mítico que se precie.
Y en esas sigo, lanzándome desde el mántrico single de Los Manises hasta llegar al encuentro con la delicadeza y la concreción creativa de Alba Asensi, cantante y arpista alicantina que hoy centra nuestra atención gracias a la evocación que realiza a través de las piezas musicales que dan forma a Sóc poeta (Microscopi, 2023), su segundo disco.
De corte más tradicional -en lo que a sonoridad y composición se refiere, entiéndase, que uno no quiere parecer carca- que lo que acostumbramos a traer a estos virtuales párrafos, cada ofrenda -la belleza así debe ser catalogada como tal- del tracklist del nuevo trabajo de la artista nos lleva a sentir que ese cuidado puesto en su afán por dibujar emociones e imágenes a través de la poesía y el arpa no sólo es real en su proceso de creación, sino en su ejecución y en el disfrute que llegamos a experimentar cuando nos encontramos con temas como Toda yo soy -máximo exponente del concepto de sencillez en la combinación de instrumento y voz-, Voldría ser una flor -más percusionada y directa-, Poema d’una dona -se suman más instrumentos, sigue creciendo el arte- y Sóc -un fin de fiesta más crudo, pasionalmente traído a golpe-.
Además de las citadas piezas, el resto de la lista no se aleja de ese “estudio y desarrollo artístico” que Alba Asensi emprende para conseguir ofrecer “una amplia diversidad de formas de cantar, modelos de arpa y estéticas compositivas”, mostrando los matices más representativos de su propia personalidad a través de la musicalización, pues no olvidemos – si lo bueno se deja para el final, aquí va- que de las 12 piezas de Sóc poeta, nueve son poemas de autores actuales musicados por Asensi.
Un ejercicio creativo y recreativo que va en la línea de ese ímpetu de la autora por seguir recuperando y manteniendo el repertorio que no debe caer en el olvido, en este caso con los poetas, así como en otros ocurre con su interés por la recuperación de la obra de compositoras y de la música medieval.
Una oportunidad para redescubrir nuevos derroteros y ampliar experiencias desde el canto puro y la instrumentalización tradicional, combinadas a conciencia, con gusto y tino.