Un pájaro bajo la cama. Historias médicas en Nueva York de Nuria Mendoza
por Rubén J. Olivares
En un mundo globalizado, los sueños y esperanzas de los marginados, de aquellos que menos tienen, guardan semejanzas. Todos comparten los mismos anhelos, soñando con una vida mejor, con un viaje hacia una tierra prometida que les permita mejorar en su calidad de vida, ofrecer más oportunidades a sus hijos de las que ellos disfrutan. Las dudas e inquietudes ante el devenir son similares en todos los países, por lejanos que estén los unos de los otros. El conjunto de relatos – más bien microrrelatos al estilo de Augusto Monterroso –, que recoge Nuria Mendoza en Un pájaro bajo la cama. Historias médicas en Nueva York nos muestran las dificultades, las esperanzas, sueños y anhelos de todos aquellos migrantes que acuden a los EE. UU. en busca de un futuro mejor para sus hijos, huyendo de una realidad tan cruel y desigual que cuesta imaginarla para aquellos que no la sufrimos. El problema de este anhelo es que la tierra prometida, no existe y pronto enseña su descarnada cara. EE.UU. es un país desarrollado, pero también lleno de desigualdades en el que prima el darwinismo social más descarnado y sólo aquellos que pueden pagarse una vida adecuada pueden disfrutarla.
Un pájaro bajo la cama. Historias médicas en Nueva York es una colección de relatos basados en la experiencia personal de la autora como residente médica interna en uno de los centros médicos más prestigiosos de la ciudad, quizás uno de los pocos que pueden permitirse externalizar servicios y contar con traductoras para atender a los pacientes. Entre sus páginas la autora nos desgrana con humor, sinceridad y una enorme sensibilidad que se ve reflejada en el cuidado y mimo con el que nos narra sus vivencias como intérprete, los casos más extraordinarios y curiosos que ha vivido en su profesión. Asistimos a un desfile de personajes que nos emocionarán y conmoverán por sus historias personales y los gestos que, pese a la adversidad que padecen, muestran ante aquellos que hasta hace unos instantes eran completos desconocidos. Desde la historia del paciente que da título al libro, hasta quien le confesó sus secretos más inesperados, pasando por aquellos que le mostraron, a su manera, el sentido de la vida. Entre sus páginas también hay hueco para relatar las historias que ha compartido con sus compañeros de oficio, sus amores y los desengaños que la apodada capital del mundo ofrece a aquellos que se adentran en sus calles, pues Nueva York acaba convirtiéndose en un personaje más que sirve de hilo conductor para las vivencias del resto de personas que transitan por estas páginas. Estos relatos nos muestran el lado más humano que el oficio de médico tiene, al tiempo que nos hace reflexionar sobre el valor de la salud, la vida y la felicidad que nos aporta ayudar al otro y compartir momentos con ellos.
Nuria Mendoza escribe desde su propia experiencia y eso se nota en cada uno de los relatos de este libro, pues algo de la propia autora queda impregnada en cada relato. La vida, las relaciones humanas, la amistad, el amor, el cariño, la búsqueda de respuestas, la vulnerabilidad del enfermo y la atención desinteresada de quienes le rodean, los acontecimientos inesperados que sacuden nuestras vidas, la muerte, la vida, todo lo que compone nuestra existencia y a lo que no le prestamos atención, pese a ser los ladrillos de nuestro ser, lo encontramos en los relatos de Mendoza. En estas historias hay mucho de la experiencia de Mendoza, alguien que llega a una ciudad desconocida con un idioma que no es el propio y que nos invita a descubrirla si nos atrevemos. Una urbe llena de vida en sus calles, repleta de acentos de todo el globo, que atrae y seduce a los más curiosos a través de las vidas e historias personales de sus habitantes.
Este libro tiene una sensibilidad especial, una extraordinaria capacidad para humanizar y sacar lo mejor de cada uno de las personas que transitan por sus páginas, revelándonos el lado más humano de la medicina y de su propia autora, algo de agradecer en estos tiempos dominados por ese eufemismo de la postverdad tras la que se oculta la mentira.