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A rachas. Poesía reunida de Carmen Martín Gaite (edición de José Teruel).

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por Rubén J. Olivares

A rachas. Poesía reunida de Carmen Martín Gaite (edición de José Teruel).

A rachas. Poesía reunida de Carmen Martín Gaite (edición de José Teruel).

Hay muchas clases de poetas, aunque me atrevería a decir que todos pueden caber en alguna de estas tres tipologías: el poeta en actos, quizás el poeta más puro, aquel que no dejó nada escrito pero que generó tal impacto en aquellos que le rodeaban que sus amigos, conocidos y discípulos decidieron recoger sus versos y transmitirlos al resto de la humanidad. Sus versos transcienden el ego poético, por lo que a menudo sus experiencias no pueden ser expresadas por las palabras y toman la forma de “el poeta dijo…”. Este es el tipo de poeta que domina en Oriente, poco preocupado por trascender en la historia de la literatura, enfocado a generar un cambio a su alrededor sin importar su figura.

En Occidente tenemos, mayormente, a los poetas místicos y modernos. Este último, el poeta moderno, aquel que está interesado en que el público lea sus versos y cuanto mayor sea el público mejor. A este tipo de poetas poco le importan la calidad de sus composiciones o la transcendencia de sus versos en la historia de la literatura. Más que un poeta es un vendedor, un comerciante de versos y poesía que busca alcanzar la fama rápidamente. Escribe para saciar su ego. Más que un artesano de la palabra es un fabricante de versos que ha perfeccionado su técnica hasta aparentar ser un poeta. Bebe del conocimiento filosófico y cultural que dejaron otros. Copia, mutila, restaura y arma versos e ideas de otros poetas hasta fabricar algo que aparenta ser un poema. Es el tipo de poeta que más abunda en la actualidad. Se le puede encontrar en redes sociales, programas de televisión, teatros y librerías. Es el McDonald de la poesía. Aparenta alimentar el alma del lector, pero su abuso puede derivar en la vacuidad e inanición intelectual. De ellos decía Nietzsche que eran los falsos poetas.

Por suerte tenemos su contraparte, el poeta místico, aquel dominado por la inspiración poética, hechizado por las musas, arrebatado por la necesidad de liberar aquellas emociones que le embargan, que le consumen por dentro y que siente como una obligación espiritual plasmar sus emociones y experiencias vitales en verso. Este poeta es el poeta de la calidad, el verdadero poeta junto al místico. A ninguno de estos les interesa nadie más que su propio ser, su necesidad de liberar aquello que les consume por dentro, poetas que se adentran en el laberinto de lo misterioso y traen consigo en la mirada aquello que les ha sacudido el alma y a los que poco importan si alguien les lee, les comprende o si son reconocidos como grandes poetas.

Carmen Martín Gaite pertenece a estos últimos poetas. La poesía no fue para ella el género literario que centró su producción, pero no hay duda que ocupa un lugar cenital a la hora de enfrentarse al mundo, un ancla que le ofrecía un asidero a partir del cual dotar de sentido a su propia existencia a través de la palabra reflexiva y transcendente. Su poesía no es mejor ni peor que su prosa, simplemente es distinta. Por ello, necesaria. Una ventana para asomarnos y completar la figura literaria de este referente de la literaria española.

Quienes se han acercado a su obra conocen de primera mano que la vida es el elemento central de su producción, los problemas y preocupaciones cotidianas, todo aquello que nos pasa mientras vivimos.  Desde este punto de vista, podemos afirmar que la poesía siempre abrazó a Carmen Martín Gaite, aunque ella nunca se dedicase en cuerpo y alma a la misma. La poesía siempre fue una constante en la vida de la autora y ella siempre le correspondió.

Muestra de ello es esta obra, “A rachas. Poesía reunida”, divida en Poemas de primera juventud, Poemas posteriores. Primera entrega, Poemas posteriores. Segunda entrega y Después de todo, secciones que dan forma a las diferentes etapas vitales que la autora vivió, reflejo de la trayectoria vital de una chica de provincias, de los sueños y frustraciones de una muchacha que acabó alcanzando su madurez en Madrid, ciudad en la que vive sus últimos días y en los que tiene que hacer frente a los problemas, conflictos y quebraderos de cabeza a los que todos tenemos que enfrentarnos cuando sentimos que nuestra vida se derrumba y que alguien nos ha estafado con esto de vivir.

A lo largo de “A rachas. Poesía reunida”, la poesía se revela como el hilo conductor que une los distintos momentos de la vida de Martín Gaite. Desde sus primeros versos, llenos de juventud e ilusión, hasta los más maduros, cargados de sabiduría y melancolía, la autora nos ofrece una visión panorámica de su evolución como escritora y como persona. La obra explora temas universales como el paso del tiempo, la fragilidad de la memoria y la búsqueda de la propia identidad. Martín Gaite nos invita a reflexionar sobre la naturaleza efímera de la existencia, sobre la importancia de los recuerdos y sobre la construcción de un yo auténtico en un mundo en constante cambio, a través de un lenguaje directo, sencillo, despojado de artificios que habla directamente al lector, que nos invita a mantener un diálogo de tú a tú con la autora, pero que no por ello está exento de matices y evocaciones líricas. A través de sus versos navegamos por paisajes familiares, cotidianos, que nos hace revivir emociones olvidadas y nos invita a reflexionar sobre nuestras propias experiencias vitales.

La reedición por La Bella Varsovia de “A rachas. Poesía reunida” nos demuestra la importancia que la poesía ocupa en la obra de Martín Gaite. Sus versos iluminan elementos aún no explorados en sus novelas y relatos, y nos permiten comprender mejor la complejidad de su universo creativo. Este libro nos permite redescubrir a una escritora imprescindible, una poeta necesaria, de la que cuesta creer que no recibiera un premio como el Cervantes en reconocimiento a su trayectoria como escritora.

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