El futuro futuro de Adam Thirlwell
por Elena Cruzado
En el París del siglo XVIII una joven llamada Celine, casada con un funcionario del gobierno bastante mayor que ella, ve peligrar su reputación tras la circulación de una serie de panfletos anónimos con ficciones pornográficas en las que ella es la protagonista. Con el objetivo de defenderse y respaldada por sus dos íntimas amigas, Celine decide convocar a diversos escritores para ayudarla a rebatir los falsos folletines. Hasta aquí, todo parece normal. Pero lo cierto es que no lo es, porque «El futuro futuro» es la novela más sorprendente que he leído en los últimos tiempos.
Basta con leer unas pocas lineas para darnos cuenta de que estamos ante una obra diferente y difícil de clasificar. Con los acontecimientos históricos de la época muy presentes, Adam Thirlwell crea un universo insólito cargado de anacronismos en el que el poder absoluto recae en las palabras y en la literatura. Los personajes piensan, hablan y actúan de forma irreverente, dando lugar a situaciones surrealistas e impropias del siglo XVIII. Con Celine como hilo conductor, Thirlwell plantea una interesantísima reflexión sobre el presente, sobre el poder y sobre los hilos que mueven la sociedad a través de una historia de aventuras en la que la amistad femenina y la sororidad juegan un papel clave.
La prosa de Thirlwell es a ratos ácida y sarcástica, mordaz y delirante. El autor hace gala, además, de una imaginación desbordante que se traduce en imágenes que se clavan en la mente del lector y que consiguen arrancar alguna que otra carcajada. Nunca sabes lo que te espera tras cada salto de línea, ya que Thirlwell introduce escenas inesperadas que en un lenguaje visual se traducirían, sin lugar a duda, en «memes».
El futuro futuro es una mezcla de Matrix y Los Bridgerton con tintes filosóficos, políticos y futuristas que forman un cóctel explosivo y que supone todo un reto para los lectores. Pero sobre todo, este libro es una oda al lenguaje y a la literatura en su máxima expresión, como vehículos de transformación tanto a nivel individual como social, tal y como se describe en este frase: «Pensaba de veras que escribir era la manera de inventar una sociedad mejor. Y en cierto modo lo habían hecho. Los libros lo hicieron todo. Los libros creaban opinión, los libros ilustraban a todas las clases sociales, los libros derribaban el fanatismo y derrocaban los prejuicios que habían sojuzgado al mundo».
Detrás de la extravagancia y la irreverencia de los distintos personajes, así como de las situaciones en las que se ven envueltos, se esconde una profunda reflexión sobre el poder de las palabras, de la escritura y de la lectura en la que merece la pena sumergirse. Porque al fin y al cabo, el mundo de Thirlwell no es tan diferente del nuestro. Sobre todo del tuyo, que estás aquí leyendo y del mío, que estoy aquí escribiendo.
«Había literatura en todas partes. El mundo era una jungla llamada escritura». Adam Thirlwell. El futuro futuro.