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“Entusiasmo” e “Imaginación Política”, nuevos singles de Biznaga.

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por Sandro Macià

De izquierda a derecha,Jorge Milky Ballarín (batería), Pablo Garnelo (guitarra), Álvaro Garcia (voz y guitarra) y Jorge Navarro (letrista y bajista), del grupo madrileño Biznaga

De izquierda a derecha,Jorge Milky Ballarín (batería), Pablo Garnelo (guitarra), Álvaro Garcia (voz y guitarra) y Jorge Navarro (letrista y bajista), del grupo madrileño Biznaga

Reivindicación y pulso firme.

 

La esperanza existe, amigos. Aún con las neuronas más pegadas que los granos de un arroz mal hecho y con los codos pelados de luchar contra quien, no contento con las furtivas “mid season sales”, se lía a tortas en plenas rebajas de julio, uno acaba sintiendo que no está todo perdido y que el meteorito que debería caer para extinguirnos aún podría esperarse un poco…

Esperanza u optimismo. A gusto del consumidor. Pero algo hay y algo ha despertado en el que aquí escribe cuando, en plena pereza vital y creativa, mis tímpanos han empezado a vibrar y a reconciliarse con el mundo al ritmo de una banda que llega como aliento contra la “ñoñez” y como golpe sobre el escenario y la escena: Biznaga, cuya vuelta al ruedo con nuevo disco no sólo está cerca, sino que se nota y se siente cada vez más inminente al ir presentando sus nuevos singles.

Dos, concretamente.  Un par de nuevos temas son los que llevamos hasta la fecha y un par de cojo…-perdón- de narices es lo que ya se ve que no han perdido estos chicos desde su cuarto disco, “Bremen no existe” (Montgrí, 2022), con el que hubo algo de coqueteo con el pop pero donde nunca dejó de palparse ese halo punk, esa seña en lo vocal y en lo sonoro que tanto identifica a quienes ahora nos alegran el verano con “Entusiasmo” e “Imaginación Política”.

Como si de una receta para afrontar los arduos días se tratase, ambos títulos no podrían haber sido mejor seleccionados para nombrar a dos hits -porque en eso se han convertido desde sus respectivos lanzamientos- que reivindican, que atraen y que imposibilitan que uno escuche cada verso sin empatizar o sin querer unirse a voz en grito a los versos que nos llevan a disfrutar de “una declaración de amor en tiempos de guerra […], directa para confrontar la paralizante lógica del “esto es lo que hay” – como ocurre en Entusiasmo, que así, textualmente, se define en su presentación y así se reafirma en frases como “el entusiasmo es la resistencia”-, o a vivir intensamente esas estrofas que aúnan música y discurso político -como pasa en Imaginación Política- desde la perspectiva basada en entender esta disciplina como algo trascendente a políticos y gobiernos.

¿Hay algo más punk que eso? Sí, conseguir que a través de las potentes guitarras que sirven de arranque al citado Imaginación Política y de sus posteriores versos – “la sociedad se desmorona, “Libertad”, qué buen eslogan-, uno se plantee si hay alternativa a lo establecido y sienta que Biznaga no se calla, sino que siguen siendo en lo textual tan reivindicativos como siempre lo fue su sonido.

Un dúo de motivos para reconectar con el grupo que logró alzarse con el premio MIN a Mejor Disco de Rock y Mejor Diseño con su anterior disco y que, ahora, no se quedará atrás. ¡Entusiasmados estamos!