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hamnet de Maggie O’Farell.

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por Soraya Pérez

Hamnet por  Maggie O'Farrell

Hamnet por Maggie O’Farrell

La historia nunca la puso en el mapa, y aunque para mucha gente pasará a la eternidad como “la mujer de”, la irlandesa Maggie O’Farrell ha querido hacerla protagonista de su novela, poniéndola así, por fin, en el punto de mira de la literatura. Y es que quizás deberíamos preguntarnos si Shakespeare llegó a ser quién fue gracias, exclusivamente, a su talento como escritor, o si también debe agradecer su triunfo a Agnes, su mujer, y la protagonista de esta novela.

Ésta ha sido retratada por la escritora no solo como mujer de W.Shakespeare, al que no se le nombra directamente en la obra, sino como curandera, mujer independiente, amante de los animales y madre de tres hijos: Susanna, y los gemelos Judith y Hamnet. Pero, para sorpresa de muchos lectores, Agnes, o Anne Hathaway como era su nombre real, fue una mujer innovadora y protectora de sus hijos, que no cumplía los estándares establecidos para las mujeres de la época isabelina. Tras la muerte de su único hijo varón, Hamnet, a causa de la peste que envolvía Inglaterra en esos años, Agnes, al contrario que el resto de las mujeres del momento, no logra reponerse emocionalmente y la constante falta de su marido, que por entonces ya formaba parte de la compañía de teatro que le lanzó al estrellato, hace que le cueste un tremendo esfuerzo mantener unidos los endebles cimientos de una destrozada familia tras la muerte de su pequeño.

Hamlet, como creación teatral, ha pasado a la historia como una de las obras maestras de la literatura anglosajona, y se cree que el autor, W.Shakespeare, dedicó la obra a su fallecido hijo, de ahí el nombre de la misma. Pero ¿habría podido escribir una obra de tal envergadura sin Agnes sosteniendo a la familia desde la tristeza de un hogar abatido por la muerte? Es ahí donde entra la tremenda labor de Maggie O’Farrel. La de querer poner en valor el gran trabajo de sustento familiar y emocional que hace Agnes tras perder a su hijo menor. Y es que, cuando el pequeño Hamnet muere, su padre le dedica una de las obras más aclamadas de la historia del teatro, pero ¿dónde queda reconocida la labor de esa madre? ¿La que siempre está, la que nunca se marcha, la que cuida, sostiene y aguanta tempestades? La que a pesar de romperse en pedazos y perder las ganas de vivir mientras sujeta a su hijo fallecido en brazos, ahí sigue, a la sombra de un marido aclamado por escribir Hamlet, una de las obras más aplaudidas de la historia.