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Insinuaciones del agua de Ernesto Alcalá

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por Rubén J. Olivares

Insinuaciones del agua de Ernesto Alcalá

Insinuaciones del agua de Ernesto Alcalá

En su nuevo poemario, Ernesto Alcalá invita al lector a realizar un viaje de introspección, de autoexploración a través de la vida y la muerte, de la inmersión en la experiencia que supone el hecho de estar vivo. Transitamos por un carrusel de experiencias y emociones que nos configuran como personas, desde el amor que toma forma en Desayuno frente al Sena hasta el encuentro de la muerte en Puerta al precipicio, guiando al lector por un viaje emocional que va haciendo escala en diferentes puertos, desde la melancolía, la nostalgia y el amor hasta la esperanza. La estructura narrativa del poemario facilita la inmersión paulatina en cada una de estas emociones que el autor va evocando en sus versos, generando una experiencia lectora que transporta al lector a un mundo onírico, lleno de lirismo.

Este poemario es un bálsamo para aliviar la consternación que a menudo nos azota, un desfile de emociones y sensibilidades, una invitación a celebrar la vida. Su autor combina la esperanza, la melancolía y la fe en el porvenir a través de un prosa sencilla pero repleta de poderosas imágenes, tremendamente musicales y equilibradas. Un poemario que reconcilia al lector con la poesía, un homenaje a ésta entendida en el más puro de sus significados.

Junto a otras evocaciones simbólicas como las viejas fotografía, el sol o la ciudad, el agua se convierte en la protagonista del libro, metáfora de un elemento vital que, como un dios Jano, abarca la vida y la muerte, envolviendo desde el título del poemario al lector, anunciando la continua evolución y exploración que la vida supone, evocando con su fluidez y capacidad de transformación la experiencia del ser humano. En todos los poemas de “Insinuaciones del agua” se halla presente la confrontación con la muerte, en tanto seres conscientes de nuestra finitud, una continua evocación de la realidad que nos acompaña en nuestra vida, con sus momentos de felicidad y de tristeza pero tras la que siempre acabamos hallando el abrazo de la muerte. Pero lejos de convertir a este poemario en una elegía lánguida y triste, un continuo recordatorio de nuestra finitud, Ernesto Alcalá nos invita a buscar respuestas y nuevas oportunidades que nos permitan disfrutar de la vida mientras aún nos pertenece.

El poemario se divide en tres grandes secciones temáticas que el lector apreciará enseguida a medida que profundice en su lectura. El primero bloque de poemas gira alrededor de la dualidad que se establece entre la vida y la muerte, conceptos complementarios entre sí – aunque aparentemente opuestos – que nos ayudan a apreciar con más intensidad el valor de cada uno de ellos, una dualidad necesaria para que el ser humano logre alcanzar la libertad y paz que anhela. En este primer bloque dominan las imágenes y símbolos oscuros, la presencia de la muerte tras la noche que sin embargo da paso a la vida y la esperanza, el renacer. Por ello en todo este bloque de poemas encontramos versos que evocan la nostalgia y la melancolía, esos sentimientos agridulces que nos retrotraen a momentos alegres de nuestra vida que sin embargo quedaron atrás, pero que anuncian la posibilidad de volver a sentir la felicidad. Quizás por ello cada uno de estos poemas acaban con un verso que evoca un hálito de esperanza, de optimismo ante el futuro.

El segundo bloque del libro es un viaje hacia metáforas e imágenes más alegres y positivas, una celebración de la vida. En los poemas que componen este bloque son continuas las evocaciones a la naturaleza como dadora de vida, especialmente del agua y su dualidad, como elemento que, en tanto permite la vida, evoca la exuberancia, la alegría de la explosión de la naturaleza, que nos arrulla con su canto y nos evoca imágenes bucólicas de alegría y paz, pero también nos recuerda su reverso más negativo como verdugo que puede poner fin a nuestra vida, caprichosa diosa que otorga el favor de la vida o lo niega con la muerte, una suerte de metáfora del amor y la palabra que nos eleva y llena de vida cuando nos alcanza de lleno o que nos hunde en el dolor y el duelo cuando nos abandona.

La última sección del poemario unifica en un único bloque las reflexiones en torno a la vida y la muerte que Ernesto Alcalá nos ha ido desgranando a lo largo del poemario, unificados entorno a la figura del hombre mortal que anhela hallar respuestas a las preguntas existenciales que nos llevan acompañando desde que fuimos conscientes de nuestra finitud.

“Insinuaciones del agua” se convierte, de esta forma, en un tratado en verso sobre el sentido de la vida y la existencia del ser humano, sobre las emociones que nos hacen lo que somos, sobre la relación que en cuanto seres vivos mantenemos con una naturaleza a la que no siempre comprendemos, todo ello a través de un lenguaje poético, cargado de poderosas imágenes líricas, de continuas evocaciones a la emocionalidad del lector, escrito con un leguaje accesible a público amante de la poesía, lo que facilita el recorrido propuesto por su autor a través de este viaje emocional.

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