La fotógrafa de los espíritus de Desy Icardi
por Elena Cruzado
A veces, las oportunidades llaman a la puerta sin esperarlas. Hay que cazarlas al vuelo, dicen. Sin embargo, otras veces no llegan por sí solas, sino que hay que crearlas. Esto es lo que hace Pia, una joven turinesa de familia humilde que se ve obligada a dejarlo todo para emigrar a Argentina con el objeto de reunirse con un marido al que no conoce.
En «La fotógrafa de los espíritus» Desy Icardi nos traslada al Turín de principios del siglo XX, donde seguiremos dos tramas independientes, separadas en el tiempo por un lapso de dos años y con la fotografía como eje común. De hecho, este es uno de los puntos más interesante de esta lectura, que describe muy bien el oficio y las técnicas utilizadas en aquella época.
Con esta novela, homenaje al sentido de la vista, la autora continúa su serie de libros dedicada a los cinco sentidos. Para ello, no solo juega con dos historias relacionadas con la fotografía, sino que también le otorga un papel crucial a la lectura a través de dos personajes muy opuestos en cuanto a procedencia y clase social, pero con un potente interés común: la pasión por los libros.
«La fotógrafa de los espíritus» es una historia amable, bien contada, escrita con cariño y con un ligerísimo toque de realismo mágico muy bien introducido en el relato. Es fácil encariñarse con los protagonistas, Pia y Edmondo, cada uno con sus particularidades, pero también con los personajes secundarios.
Las tramas de los dos protagonistas son muy diferentes entre sí y poco tienen en común más allá de las referencias a la fotografía y a la lectura. Si bien es cierto que convergen en las páginas finales, el punto de unión es un tanto débil y demasiado breve. A pesar de ello, ambas historias están bien construidas y podrían funcionar sin problema de forma independiente la una de la otra, ya que la línea que las une es tan fina que se torna en innecesaria.
Personalmente he disfrutado más de la historia de Pia que de la de Edmondo. No me habría importado que el libro se hubiera centrado exclusivamente en ella o al menos, otorgarle un poco más de espacio. En momentos puntuales he tenido la sensación de que los puntos de interés entre una trama y otra estaban bastante desequilibrados. En este sentido, la autora ha querido ser equitativa entre ambas en cuanto a número de páginas, con un resultado desfavorable para la parte de Edmondo.
Sin embargo, a pesar de estos apuntes, «La fotógrafa de los espíritus» es un libro fácil de leer, entretenido, con un contexto muy bien desarrollado, unos personajes atractivos y un trasfondo muy interesante que me ha hecho disfrutar mucho de la lectura.
Una historia de oportunidades impuestas, de oportunidades creadas, de causalidades y de preciosas casualidades.