Un lugar soleado para gente sombría de Mariana Enriquez
por Vanessa Diez
Un lugar soleado para gente sombría de Mariana Enriquez
Los muertos y la mujer. La enfermedad y la mujer. Empezar a ver muertos. Darte cuenta de que te estás convirtiendo en uno de ellos. De que pierdes la vida y se desvanece el tiempo. La maldición familiar. Atravesar el dolor de otros. Las noches en vela. Esconderte de la mirada de los demás. Gritos y golpes. Abandono. Vivir en el recuerdo de lo que no volverá. Ni descanso de los vivos ni del más allá. Atrapada en la casa familiar. La madre muerta, una y otra vez.
La muerte, la enfermedad, los muertos y las mujeres malditas que recorren las diez historias de Mariana Enriquez en “Un lugar soleado para gente sombría”. Cuentos de terror dónde da más miedo el fondo que la forma, porque el muerto ya lo está pero duele más el maltrato dentro de cada familia, el abuso o el asesinato de un inocente. Da más miedo una operación ginecológica a ciegas que un fantasma. La autora mezcla con habilidad historias de miedo en lugares recónditos con terrores cotidianos que muchas veces no somos capaces de enfrentar. Y también mitos del folclore tradicional que perduran y sentencian a las mujeres. “Todos los pájaros son mujeres que han recibido un castigo”. “El castigo para la desobediencia, la mala conducta o el amor desesperado (degenerado) es ser transformada en ave”.
Los cuentos de Mariana Enriquez te arrastran hacia lo más profundo. Nos muestra el lado oscuro de la humanidad. Un chico que murió asesinado porque los vecinos no le ayudaron en “Mis muertos tristes” contado a través de la mujer que puede verle. Una chiquilla enferma que se pudre en vida, abandonada en la casa familiar, que vive a través de la hermana en “Los pájaros de la noche”. La maldición femenina de desaparecer en “La desgracia de la cara”. El peligro de ser arrastrada a una secta en “Julie”. Una operación de mioma en “Metamorfosis”, gracias por este cuento. Peregrinos de la chica muerta en “Un lugar soleado para gente sombría”. Los lugares tienen memoria como en “Los himnos de las hienas”. Una historia de maltrato como en “Diferentes colores hechos de lágrimas”.
Mariana Enriquez extrae belleza de la dureza del dolor. Su forma de narrar es lo mejor de estas historias. Su sarcasmo ante lo grotesco y lo terrible de la vida. Lugares de peregrinaje, secta o edificios abandonados que pueden ser aprovechados por estafadores de poca monta o quizá no. La desgracia tras cada família que ha escondido a sus excluidos, aquellos que quedaron marcados, la vergüenza de lo que no se puede hablar, maldiciones que terminan siendo vomitadas al presente. Neones que ya perdieron su brillo. Moteles en desgracia. Pueblos abandonados, llenos de muertos. Detrás de cada rincón se esconde algo perverso. Y que la autora le de la vuelta y nos deje haciendo preguntas es su regalo. Atrévete a adentrarte en este mundo.