Mía. El verano que lo cambio todo de Carmina Benamunt e ilustraciones de Rocío Jove
por Soraya Pérez
«Mía. El verano que lo cambió todo» es una adorable novela juvenil-adolescente que nos sumerge en el emocionante, lleno de secretos y misterioso verano Mía, nuestra jovencita protagonista. Y es que Carmina Benamunt, su autora, con la ayuda de Rocio Jove como ilustradora, nos adentrará en una historia donde el valor de la amistad, el descubrimiento personal, la superación de miedos y la aceptación de las diferencias, serán los pilares básicos de esta nueva historia de la Editorial Carambuco.
¿La trama de esta historia? Se centra en Mía, nuestra adolescente protagonista, que durante el verano se traslada a casa de su abuela no solo para estar con ella sino para juntarse con sus “amigos del lago”. Este grupo de cuatro amigos, Tania, Tom, Nora, Pedro y la propia Mía, vivirán acontecimientos inesperados que, de alguna manera, transformarán su manera de ver el mundo. Además, C. Benamunt combinará elementos de fantasía con situaciones cotidianas de la vida de un adolescente para lograr así una historia accesible, envolvente y muy entretenida para el público más joven.
Misterios familiares, robos, venganzas y complejidades varias que envuelven a las primeras experiencias amorosas de una adolescente, son los ingredientes perfectos para lograr una de las historias que, sin duda, marcarán huella en la vida de sus lectores. Porque la vivencias de Mía y sus amigos, perfectamente pueden ser la vivencias de sus adolescentes lectores, y eso Carmina Benamunt lo sabe. Por ello, su autora aprovecha las páginas de este libro para hacer que su público reflexione sobre valores fundamentales como la empatía, la resiliencia o el respeto a las diferencias.
Con una prosa sencilla, que no simple, «Mía. El verano que lo cambió todo» es perfecto para ese público juvenil-adolescente que, en ocasiones, puede sentirse incomprendido. Porque la sencillez de una historia no implica simpleza, y este trabajo de Benamunt para la Editorial Carambuco es, sin duda, el claro ejemplo de “dar en el clavo” en los corazones y vivencias más incomprendidas de nuestros chicos y chicas.