UA101349465-1

Morgan visita Elche en su gira de 2025

k

por Sandro Macia

Nuestros conciertos son como un viaje en el que hay un poco de todo. Habrá momentos de baile, otros de introspección, queremos que cada persona se lleve algo personal”

 

Morgan, de izquierda a derecha, Ekain Elorza, Carolina de Juan, David Schulthess y Paco López por Alain Martínez Iribarren Holy Fire

Morgan, de izquierda a derecha, Ekain Elorza, Carolina de Juan, David Schulthess y Paco López por Alain Martínez Iribarren/Holy Fire

Que, últimamente, al hablar del hogar, solemos pasar de la clásica concepción de la palabra a las nuevas acepciones y connotaciones que acompañan al término en esta “new age” que estamos viviendo entre mindfulness y proverbios instagrameros, es una realidad tan palpable como las letras que tocan mis dedos para dar forma a estas letras.

Pero, ¿qué ocurre cuando al referirnos al citado y hogareño sustantivo lo hacemos desde la perspectiva de la estancia temporal, del tiempo saboreado lentamente pese a su finitud? Sencillo. Que nos dejamos de la parafernalia que adorna al vocablo para centrarnos en el verdadero significado de la misma y en la preciosidad de vivir el sentimiento que destila a través de otras palabras que se sienten. Palabras como hotel, mitad del título de un discazo firmado por Morgan y totalidad del concepto cálido y sentido que nos sirve para contextualizar la nueva obra de arte que han creado Carolina de Juan, Paco López, Ekain Elorza y David Schulthess: Hotel Morgan (North Records, 2024).

Un discazo presentado como “un lugar temporal donde cada una tenga su sitio, cuente su historia y sea libre en su propio espacio pero cerca de las demás”.

Un espacio donde la apertura a nuevos sonidos y a una mayor presencia de programaciones y teclados no supone la renuncia a su poso soul, al alterne entre el castellano y el inglés, a sus características guitarras -a veces sosegadas, a veces veloces- o a sus bases rítmicas.

Una compilación de estancias a las que nos invitan a pasar y de las que nos habla en esta entrevista el propio Ekain Elorza, batería de la banda.

Pasa, pasa, no te quedes en la puerta…

¿Cómo nace Hotel Morgan?

Nace como suelen nacer casi todas nuestras cosas, de la necesidad de parar un poco y mirar hacia dentro. La gira anterior fue larga, fueron 116 conciertos en poco más de dos años y necesitábamos descansar un poco antes de reencontrarnos para volver a componer juntos desde un lugar más tranquilo. Hotel Morgan es ese espacio simbólico donde nos dimos permiso para experimentar sin prisa.

¿Y el título? ¿Qué representa para vosotros ese “hotel” como concepto tan sugerente, tan evocador de refugio, tránsito, intimidad…?

Justo eso, un hotel es un lugar temporal pero intenso, donde pasan cosas. No te quedas para siempre, pero dejas algo tuyo y te llevas algo de allí. En los hoteles cada habitación podría contar una historia diferente, algunas son cálidas, otras más frías, unas más oscuras… Y con las canciones de este disco pasa lo mismo, todas son diferentes entre sí pero conviven en un mismo espacio y tiempo.

Decís, además, que es un disco para “venir a visitarnos un rato”. ¿A quién os haría ilusión recibir en vuestro “hotel”?

¡A mucha gente! Pero por ejemplo nos haría mucha ilusión que nos visitara Neil Young o los Guns and Roses.

¿Y a quién no le abriríais nunca la puerta?

Supongo que a cualquiera que venga desde el ego, el desprecio o la intolerancia. La música es un lugar de encuentro, no de imposición. Así que personas que no respetan lo humano, lo diverso… esos no tienen habitación en este hotel.

Decís que Hotel Morgan es “un lugar temporal” donde cada canción tiene su propio espacio, ¿a qué suena este disco? ¿Hay tanta independencia entre cada tema?

Sí, cada canción tiene su identidad propia, su lenguaje. El disco suena a nosotros, pero también a nuevos paisajes. Puedes encontrar soul, pop, rock, country, blues, hay texturas más electrónicas y hasta arreglos de cuerda. Todo surgió de manera natural, con cada canción tomamos el camino que pensábamos que teníamos que tomar, sin pensar en la relación que tenía con las demás, pero al final todas se sostienen sobre una misma intención, una misma búsqueda.

Vuestro viaje hasta Noruega para grabar en Ocean Sound Studio suena casi a peregrinación musical. ¿Qué buscabais allí?

Buscábamos vivir una experiencia vital como banda, un viaje que fuésemos a recordar el resto de nuestras vidas y creo que lo conseguimos. Ese sitio tiene algo muy especial, es casi mágico, estás rodeado de agua, de naturaleza, y eso inevitablemente se cuela en lo que grabas. El clima, la luz, la comida, todo es nuevo e incluso la aventura que fue llegar hasta allí afectó en el estado de ánimo de la banda y sin duda todo eso acaba influyendo en el sonido final del disco. Fue todo un acierto la elección del estudio.

En Hotel Morgan encontramos una apertura a nuevos sonidos: más programaciones, teclados, cuerdas… sin perder vuestra esencia soul y sureña. ¿Fue una evolución natural o una decisión consciente para cambiar de rumbo?

Un poco de las dos. No nos sentamos a decir “vamos a cambiar”, pero sí teníamos ganas de jugar con nuevas herramientas. Al final, cuando estás cómodo con tu lenguaje puedes permitirte probar otros sin dejar de ser tú y en este cambio nos ayudó mucho el productor del disco, Martín García. Él nos ayudó a abrir nuevas puertas en nuestro sonido aunque si por él fuera hubiésemos abierto muchas más, al final estamos contentos con el equilibrio al que llegamos.

La alternancia entre castellano e inglés se mantiene, pero parece más integrada que nunca. ¿Cambia vuestra manera de componer en función del idioma?

Está claro que cada idioma tiene su ritmo, su manera de golpear y conectar emocionalmente. Algunas canciones solo pueden existir en uno u otro idioma pero es verdad que esta vez la transición ha sido más fluida y que casi la mitad del disco es en castellano. A la hora de arreglar las canciones no hacemos distinción, hacemos lo que nos pide el cuerpo sin pensar en el idioma de la canción porque para nosotros ahora mismo es muy natural pasar de uno a otro.

Canciones como “Arena” o “Pyra” muestran vuestro dominio de lo íntimo y lo emocional, mientras que otras como “Altar” explotan toda vuestra potencia. ¿Cómo ha sido el proceso creativo de este disco tan variado?

Todas nacieron desde una idea de Nina o de Paco y después fuimos sumando capas, no hubo una fórmula y cada tema tuvo su proceso. Algunas como Radio o Cruel costaron mucho acabarlas y otras las vimos claras desde el principio.

Vuestra conexión como grupo siempre ha sido muy comentada, casi como una comunión espiritual. ¿Cómo ha crecido esa complicidad en este disco y qué papel juega en el directo?

La complicidad ha madurado. Nos conocemos muy bien, pero seguimos sorprendiéndonos. En este disco nos dimos más espacio unos a otros. Y eso en directo se nota: cada concierto es como recontar esas historias con el cuerpo entero, no solo con los instrumentos.

El diseño y el arte visual también son parte esencial de este álbum. ¿Cómo fue el trabajo con Holyfire Studio?

Llevamos varios discos trabajando con Holyfire y nos entiende a la perfección, le explicamos el concepto del disco y acertó con el diseño a la primera. También se encargó de las fotos de promoción y de los videoclips con los que presentamos las primeras canciones.

Este Hotel Morgan se presenta como un disco “que supera a sus obras anteriores en canciones recordables, en su poder para permanecer en el interior de quien lo escucha”. ¿Estamos ante vuestro disco más adictivo?

Eso es algo que nosotros todavía no podemos ver ni saber, el tiempo dirá. Por ahora estamos muy contentos con el trabajo que hemos hecho y con cómo están funcionando las canciones en directo pero quién sabe si en unos años seguiremos tocándolas, eso es imposible saberlo ahora mismo.

Y, presentar un cuarto disco, aún con una trayectoria como la vuestra a las espaldas… ¿pone o impone?

Nos encanta girar y nos sentimos cómodos en el escenario, al principio asusta un poco incluir los temas nuevos en el repertorio pero es un salto que tienes que dar. En cuanto pasan unos pocos conciertos el miedo se va y dejas de distinguir las canciones nuevas de las otras y simplemente disfrutas de tocarlas, es un proceso que se repite en cada nueva gira.

Tras inaugurar este “hotel” tan personal y musical, llega el momento de compartirlo en directo. ¿Cómo están siendo los directos en esta gira de 2025?

Para esta gira estamos contando con la ayuda de Carolina García y Alejandro Ovejero a los coros y somos ocho músicos en el escenario, su incorporación a los directos hace que las canciones brillen en todo su potencial y los conciertos están siendo muy especiales. Siempre hemos tenido una conexión muy fuerte con el público y sentimos que nos dan libertad absoluta para hacer lo que nos apetezca y estamos muy agradecidos por ello.

¿Qué puede esperar el público de vuestro concierto en Elche? ¿Será una fiesta, una estancia, un viaje…?

Siempre pensamos en nuestros conciertos como un viaje en el que hay un poco de todo. Habrá momentos de baile, otros de introspección, queremos que cada persona se lleve algo personal. No hacemos conciertos para mirar desde fuera, sino para entrar dentro. Haremos un resumen de nuestros anteriores discos pero Hotel Morgan se lleva el protagonismo en este inicio de gira.

Decís que Hotel Morgan es solo una parada más en el camino. ¿Qué soñáis que haya en la próxima etapa?

Seguir caminando juntos y que la música nos siga sorprendiendo. Estamos disfrutando mucho del camino que hemos recorrido hasta ahora y en el futuro nos gustaría explorar aún más la producción, quizá colaborar con otros artistas, salir más fuera… pero, sobre todo, mantener viva la llama que nos hizo empezar.

Y así será. Seguiremos disfrutando de Hotel Morgan a lo largo de su gira. ¡Feliz estancia!