Por Vanessa Díez.
Ana recuerda un verano de hace treinta años, sus primeros besos, el despertar de un amor de una adolescente soñadora. Gracias a aquel francés que le hizo descubrir el amor también encontró su vocación, la cocina.
Años más tarde encuentra al cantante de un grupo de rock que acaba convertido en agente de viajes y en su marido, tras veinte años son un matrimonio ahogado por la convivencia y los sueños rotos. Dar un curso de una semana en París parece una forma de arreglar las cosas del pasado. Acaba cerrando las puertas y empezando a pensar en sí misma.
Alex Brendemühl y Carmen Maura resultan una pareja que encaja en las excéntricas situaciones que ella termina forzando. Ya que hay que hacer las recetas con lo que uno tiene en la nevera.