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Detrás y delante de los puentes de Esmeralda Berbel.

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por Lara Vesga

«Detrás y delante de los puentes» es la recopilación de los recuerdos de la niñez y de la adolescencia de su autora, Esmeralda Berbel (Badalona, 1961). Corrían los años setenta y ochenta. La escritora residía junto a sus padres y hermanos en Sant Adrià de Besòs. Sus padres regentaban un bar y la vida de Esmeralda transcurría entre las clases escolares y la taberna, donde echaba una mano. 

Los capítulos del libro están tejidos con jirones de recuerdos de unos y de otros, con la memoria desgastada por el paso de los años. La propia autora narra en varias ocasiones cómo se sorprende al hablar con su familia sobre rememoraciones que en ella son nítidas pero que luego resultan ser inexactas. Como la vez que tuvo que dejar su casa e irse con su tía a Barcelona para curarse de un ojo vago. A ella le pareció que habían pasado tres años. Pero solo fueron seis meses.

En muchos momentos Berbel duda sobre la veracidad de su propia vida, de su propia historia. A veces no puede saberse qué es verdad, qué ocurrió, qué no, qué ocurrió pero su inconsciente trató de borrar, o de edulcorar. Sus carreras entre el bar y el colegio. Las clases extraescolares con ese hombre que decía que vivía con su madre, aunque su madre nunca estaba. Los sabañones en las manos que se curaban comiendo lo blanco de las naranjas. Su primer amor, su mejor y única amiga de la infancia, la Ana Mari. Con ella se reencuentra muchos años después, solo para comprender una vez más lo equivocados de algunos de sus recuerdos. Las cosas que una relata vívidamente y la otra ha olvidado por completo. Y viceversa. 

Al final no importa tanto si las historias se ajustan a la realidad y a la verdad como el conocer los posos que han quedado en la memoria de cada una de las personas que pueblan la novela y aunarlos todos para fabricar un libro. “La verdad no la podemos saber nunca”, dice la madre de la autora. Y por eso Detrás y delante de los puentes es una sucesión de historias continuamente desmentidas, rectificadas, matizadas, completadas o directamente borradas por unos y por otros. 

El libro es corto, tiene 170 páginas, y está narrado en una prosa poética e intimista preciosa que consigue retrotraer al lector en más de una ocasión a su propia infancia y que le lleva a evaluar y a cuestionar sus propios recuerdos de aquella época.

 

Detrás y delante de los puentes
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