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Una familia normal de Alejandra Parejo. 

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por Vanessa Díez

He cumplido treinta y ocho años y aún intento ser madre. Siempre hubo algo antes, terminar la universidad quizá afianzar un trabajo y poder coger la baja maternal. Había ayudado con la crianza de mis dos hermanas que llegaron cuando tenía nueve y doce años. La inestabilidad del matrimonio de mis padres tampoco ayudó. Fui testigo de cómo mi madre se fue apagando con cada alumbramiento, nos cuidaba sí, pero se iba perdiendo a sí misma por el camino. No era feliz, él no era soporte y apoyo era la soledad con sus pequeñas alrededor. No quería aquel tipo de relación. Me daba miedo primero el matrimonio y el ser madre pronto, pues ella me tuvo con diecinueve años y aquello para mi significaba cortar las alas de mis sueños. 

En “Una familia normal” Olivia nos plantea sus miedos sobre la maternidad. Lo tiene todo para seguir adelante y se cuestiona el aborto como camino. Nos pasamos toda la novela alrededor de su angustia. Tiene una situación económica y de pareja estable pero ella siente que no es el momento. A veces vives en una jaula de oro y te asfixia en vez de hacerte sentir segura.

Alejandra Parejo nos muestra la infancia de la protagonista para que podamos comprender el origen de sus miedos. Una familia desestructurada primero y un divorcio después. Los cambios durante aquellos años marcaron a ambas hermanas. Olivia debió cuidar de su hermana como si fuera su madre, dejando de ser niña, perdió su infancia y su inocencia. Unos padres demasiado jóvenes e inconscientes que tras el divorcio se dedican a vivir sin pensar en las dos criaturas que habían traído al mundo. La madre con una nueva pareja que no la respetaba y hacía sentir mal a las niñas, además de cambiarlas de entorno, y el padre desapareciendo de la vida de sus hijas para volver veinte años después pidiendo perdón. 

Olivia ha dedicado muchos años a su formación, al terminar la carrera busca trabajo en el mundo audiovisual. Ser madre no es algo en lo que piense. Está centrada en sus proyectos y le ofrecen un trabajo importante. Ahí es cuando se entera de la gran noticia y le sobrepasa por completo. No quiere renunciar al proyecto por el que tanto a luchado. No quiere culparse de haber perdido aquella oportunidad. Se cuestiona si ser o no madre en aquel momento.

En esta novela la protagonista se plantea el aborto, quizá no hubiera sido capaz de abortar aunque no hubiera llegado en un buen momento; pero si he tomado dos píldoras del día después por una relación que acababa de empezar y por otra que ni a aquello llegó y no iba a ninguna parte. Retrasamos la maternidad y ahora existen medios para ello. Las generaciones anteriores debían cargar con los vástagos muchas veces obligadas, aunque métodos para abortar siempre ha habido al menos ahora si se realiza en países donde es legal es más seguro para la mujer. Las mujeres no deberían sentirse obligadas a ser madres o a ser madres jóvenes,  aunque retrasándolo nos arriesguemos a no serlo, eso es un riesgo que deberemos correr.

 

 

 

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