Encargo de Berta Marsé.
por Vanessa Díez Tarí
Era la mediana, siempre estuvo entre dos frentes. En casa era la pequeña la que era atendida. En la escuela no era cómo su hermana mayor, los profesores se lo recordaban. No podía soportar no ser vista. En casa dejó de comer por temporadas. En el colegio se evadía para no escuchar que no era como ella. Sus mayores logros la llevaron al hospital para conseguir que mamá cuidase de ella, sólo de ella, velando de su sueño y de su tranquilidad.
«Encargo» de Berta Marsé es una relación de amor/odio entre dos niñas, la más cercana que conozco desde la infancia es la de mis hermanas. Tendremos en esta novela corta ese tipo de enfrentamiento. Ambas desearían lo que la otra tiene o lo que creen que tiene y viven esa rivalidad y deseo a través de la otra. Además no son hermanas si no vecinas y las madres alimentan un fuego que con el paso de los años no podrán controlar. Aunque llega el día en que una de las dos es secuestrada y todo cambia, el tiempo se detiene y aquella que se queda sola no es capaz de seguir adelante sin la otra.
No somos conscientes de ello, pero cuando sentimos algo muy fuerte hacia otra persona sea miedo, ira e incluso envidia en realidad desearíamos que esa persona esté en nuestra vida y nos haga partícipes de aquello que hace. En este caso nuestra protagonista se obsesiona con su vecina, realmente nunca fue su amiga, fueron sus madres las que lo eran y a través de ellas pretendieron que las niñas crecieran siéndolo, pero no fue así. La tienda de labores de costura de la madre de Desi se convirtió en lugar de convivencia de las mujeres del barrio y allí crecieron las dos niñas, escuchando los mismos cotilleos y sufriendo los llantos de los más pequeños mientras las madres tejían, aunque aquello no provocó que Desi aceptase a Yesi a la que rechazaba una y otra vez ante la perfección de los logros que su madre encumbraba, cada vez que la otra niña intentaba contarle algo ella la saltaba con “ya se”, porque sus madres ya habían hablado. Que su madre pusiera a la otra niña como ejemplo de perfección sólo provocó que no quisiera acercarse a ella, no que intentara parecerse o pretendiera conseguir todo lo que su madre hubiera querido para ella y rivalizase por conseguirlo. Yesi prometía. Pero la noche que Yesi desapareció todo cambió, no tenerla frente a ella detuvo el tiempo.
La atención de los medios cambió el barrio y su vida diaria. Se supo todo de la familia y la niña desaparecida. Los rumores sobre las infinitas posibilidades de desenlace corrieron como la pólvora. Desi empezó a sufrir taquicardias y a quedarse sin aliento en la calle ante cada imagen de ella y volvía corriendo a casa. Aunque allí tampoco estaba a salvo de su influencia, los medios seguían hablando de ella, su ausencia dolía. Desi cayó en una depresión, se abandonó ante la incertidumbre, y no mejoró en nada que sus padres se separasen.
Cuando Yesi volvió a aparecer ya no era la misma pero la atracción que Desi siempre había sentido vuelve y será capaz de acercarse al fin y escuchar a Yesi.
A través de un ejercicio de escritura creativa de un taller literario la protagonista va revelando parte de su trauma y de su viaje. La medicación nos muestra un personaje atormentado que va revelando las consecuencias de las decisiones contradictorias que ha ido tomando hasta llegar al lugar desde el que nos revela su verdad.
Berta Marsé nos muestra los claroscuros que pueden haber en la vida, incluso desde la infancia, abriéndose interesantes preguntas que a veces no son tan fáciles de responder ¿hasta dónde estarías dispuesto a llegar?