La puerta del viaje sin retorno de David Diop
por Lara Vesga
El botánico francés Michel Adanson tiene un sueño: elaborar una gran enciclopedia con la flora africana, una obra magna que le permita entrar por la puerta grande en los anales de la historia. Para ello desembarca en Senegal en 1749 y allí permanece cuatro años. Pero en su periplo Adanson no solo encontrará árboles y plantas exóticas, sino sobre todo el dolor de seres humanos que transformarán su estancia y cambiarán para siempre su visión de la vida.
Novela narrada en su mayor parte como unas memorias que Aglaé, hija de Adanson, localiza tras la muerte de su padre, La puerta del viaje sin retorno nos coloca en los zapatos de un europeo ilustrado que en su viaje africano descubrirá la crueldad del tráfico de esclavos hacia las Américas, ofreciéndonos el interesantísimo punto de vista de los colonizados que servirá como cauce para denunciar muchas injusticias.
David Diop (París, 1966), ha escrito un magnífico libro de aventuras poscolonial que es a la vez un viaje a la África del siglo XVIII y una travesía a lo más profundo de la naturaleza humana. Diop deslumbra y conmueve con una prosa hipnótica que tiene como hilo conductor la vieja historia de amor de Adanson con Maram Seck, una joven de la etnia wólof que se rebela contra su destino de esclava después de que su propio tío la haya vendido a cambio de un fusil. Precisamente será con Maram con quien cruce la puerta del viaje sin retorno, ya que tras conocerla nada volverá a ser igual.
Contado de manera sublime, el relato de Adanson nos transporta a una noche africana, alrededor de una hoguera, con el único sonido del crepitar de las llamas y de los animales que acechan en la oscuridad y con la única luz del fuego y de las estrellas. Y, al igual que Adanson, saldremos transformados de una historia que trata desesperadamente de comprender la complejidad del mundo.