Tengo un volcán y no quiero respirar de Míriam Tirado y Joan Turu
por Elena Cruzado
¡Vuelve el hada de los volcanes!
Para los que tenemos peques en casa, el hada de los volcanes se ha convertido casi un miembro más de la familia. Desde que llegó a nuestra vida hace poco más de un año la gestión de enfados con el peque mayor se ha vuelto un poco más fácil. Ahora tomamos aire, respiramos juntos y somos capaces de aplacar ese volcán que llevamos dentro y que a veces amenaza con explotar.
Peeeero, no a todos nos funciona lo mismo. Es el caso de Sam, el hermano pequeño de Alba y protagonista de este segundo cuento. A él no le sirve el tema de la respiración, no quiere respirar y no hay forma de mantener a raya al volcán. El hada de los volcanes está hecha un lío y no le queda otra que ponerse manos a la obra para investigar nuevas formas que le permitan ayudar a Sam.
Dibujar, correr, estar solo, recibir un abrazo… ¡hay muchas opciones! Y el secreto está en encontrar cuál es la más adecuada para cada niño, porque no todos necesitan lo mismo. En mi familia damos buena fe de ello, ya que lo que funciona con nuestro hijo mayor, no tiene efecto con el pequeño. De nada sirve aplicar las mismas cosas con ambos cuando ellos tienen necesidades distintas. Así que, los últimos descubrimientos del hada de los volcanes nos han venido de maravilla.
Escrito por Míriam Tirado e ilustrado por Joan Turu, «Tengo un volcán y no puedo respirar» es un manual de gestión de rabietas disfrazado de cuento infantil, que ofrece a niños y padres distintas herramientas para afrontar mejor esos enfados.
Estamos ante un cuento ideal para leer con nuestros hijos, que cuenta una historia en la que los peques fácilmente se verán reflejos a través de un texto muy sencillo de entender y de unas ilustraciones preciosas.
Además, al final del cuento hay un apartado didáctico especialmente dedicado a nosotros, los padres, con pautas para que podamos poner en práctica los consejos del hada de los volcanes y que sin duda propiciarán un espacio más seguro cuando aparecen las temidas rabietas.
Personalmente disfruto mucho de este tipo de lecturas con mis hijos, porque fomentan la canalización de las emociones y normalizan su verbalización, algo que incluso para algunos adultos puede resultar complicado. Libros como «Tengo un volcán y no quiero respirar» son en realidad recursos que nos permiten a los papás trabajar la autorregulación emocional con nuestros hijos de forma divertida y, por lo menos en nuestro caso, muy efectiva.