Por Vanessa Díez.
Descubrí a Audrey Tautou como Amèlie, aquella encantadora película, y después la reencontré en El código da Vinci, pero fue con este personaje de Coco con el que volvió a tener fuerza como en Amèlie. El biopic Coco, de la rebeldía a la leyenda de Chanel fue dirigido por Anne Fontaine (2009). Dio vida a una de las grandes damas que cambiaron la realidad de la mujer, muy avanzada a su tiempo, Coco Chanel fue una precursora. De orígenes humildes, sin padre, criada con las monjas. Costurera, cantante de antro y amante de noble. Pero al final siempre ella para sobrevivir y crecerse ante la adversidad a base de genio, creatividad y puntadas con hilo para darnos a las mujeres actuales la libertad de movimiento que tenemos. Gracias a ella desaparecieron corsés, encajes y enormes sombreros. Adaptó tejidos que no se habían aplicado a la mujer para hacer su vida más fácil.
El anuncio de Chanel vuelve a ofrecernos a Audrey, ya que aprovechando que encarnaba a la original fue imagen para su producto estrella. Encuentros y desencuentros entre hombre y mujer en el Orient Express y en la estación de Estambul. Seducción para ofrecer una fragancia, la proposición perfecta. En estas fechas ha sido mucho más breve el anuncio, ya que sólo nos daban unos planos en el interior del tren, ella sobre la cama o ante el mar; pero rescatado del original de 2009. A la belleza de esta mujer nunca podrá hacerle sombra nada que consideren defecto, ya que ni las medidas ni las formas son perfectas. Fiel a sus raíces dijo en una ocasión soy una actriz francesa. No estoy diciendo que nunca más trabajaré en una película de habla inglesa, pero mi casa, mi carrera, están hechas en Francia y nunca me mudaría a Los Ángeles. Es un trocito de magia en estos días. Como decía Coco Chanel: La moda se desvanece, el estilo permanece.