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Gemma Juan Giner.

Cuando estamos enamorados irradiamos alegría y felicidad. La luz en los ojos y el brillo de nuestra piel se deben no sólo al intenso flujo de sangre que llega a la superficie del cuerpo, sino también a una oleada de excitación. Pero… ¿de qué manera están unidos el corazón y el amor?, ¿y el sexo?, ¿un corazón sin amor debe morir? Estas y muchas más preguntas son respondidas en el libro “El amor, el sexo y la salud del corazón” de Alexander Lowen.

Lo que nos intenta explicar Lowen es que el cuerpo habla por sí solo y los sentimientos afectan a nuestro cuerpo más de lo que creemos, al igual que dejan huella en nosotros durante muchos años. Así, un niño que de pequeño no ha tenido suficiente amor, puede crecer con un trauma o incluso cogerle miedo al amor.

Además, hay un dato que me ha llamado bastante la atención; según el autor, las mujeres que tienen falta de satisfacción sexual poseen un riesgo mayor de sufrir enfermedades del corazón. En el caso masculino, un estudio realizado a hombres hospitalizados por problemas de corazón reflejó que la mayoría de ellos presentaban problemas sexuales durante las semanas o meses anteriores al ataque de corazón. Por lo tanto, ¿de qué manera están unidos el corazón y el sexo? Pues mucho más de lo que nos creemos.

Se nos educa de manera diferente a los hombres y a las mujeres. Ellos tienen que ser poderosos y nosotras tenemos que parir y criar hijos. Ellos tienen que ser fuertes, pero eso no significa que no puedan llorar y expresar sus sentimientos, lo que ocurre es que el poder está tan relacionado con los hombres que por eso les cuesta tanto amar. El poder destruye el amor.

Si bien es cierto, los hombres tienen más fuerza en terrenos como la política, los negocios y las profesiones que implican uso del poder, pero este poder ni les fomenta su bienestar ni les proporciona más satisfacción que las mujeres en el amor y la sexualidad. Si las mujeres persiguen el mismo grado de poder que tienen los hombres, acabarán heredando también las mismas enfermedades (provocadas por el poder).

Los hombres siempre han sido el sexo físicamente más fuerte, pero la fuerza no es dureza o frigidez. La ternura es un valor positivo para un hombre, pero si no se quitan las barreras, nunca amarán, y esta falta de amor es la causa de sus enfermedades de corazón.

Sin duda, un libro que explica muy bien las preguntas anteriormente citadas, muchas de las cuales la respuesta se obtiene mirando el pasado de cada persona, pues la infancia dice mucho de nosotros y de nuestro carácter.

 

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