Placa, negativo, radioscopia, captura, fotografía… Desde un punto de vista más o menos concreto, el término “radiografía” cuenta con una larga lista de sinónimos que, para todos aquellos que nos devanamos los sesos buscando la mejor forma de expresar algo sin caer en repeticiones absurdas, supone un recurso literario-artístico del que echar mano –muy gustosamente, por cierto- cuando semejante palabra se nos presenta como ineludible en cualquier texto.
Sin embargo, como todos sabemos, la dificultad es algo que, lejos de disminuir, tiende a crecer en la mayoría de situaciones. Por eso, no puedo olvidarme de reconocer que, si el intento delograr que aparición estelar de cualquiera de los sinónimos antes citados en una frase se entienda y no duela estéticamente a la vista por su rudeza, éste se complica más aún cuando de tal sustantivo queremos extraer connotaciones mínimamente creativas.
¿Puede una radiografía tener algo, lo que sea, de creatividad? Pues sí, puede. Y no es que yo lo haya descubierto así, de golpe. Ni mucho menos. Los que me han ayudado a llegar a esta conclusión –que son los mismos que, con un arte espectacular, dotan al término de un gran estilo- son los chicos de Pasajero, un grupo que nace directamente del éxito en sí mismo y de la virtud propia que se palpa y que proviene de la experiencia de todos y cada uno de sus miembros, que son –atención, abran los ojos y lean-: Daniel Arias (Zoo, Nuevenoventaicinco), Josechu Gómez (Zoo, Nudozurdo y Gelo Nutopia), Eduardo Martín (Gizmo) y Eduardo R. Paynter (La Casa del Árbol).
Todos ellos. Todos, sin dejarme a ninguno, han sido los que han contribuido a que en mi mente haya nuevas interpretaciones del clínico concepto de la radioscopia gracias al trabajo que van a presentar a final de mes y que, por si alguien aún no lo ha pillado, se llama Radiografías (Ernie Records, 2012).
Producido por Manuel Cabelazí (Havalina) en los estudios El Lado Izquierdo de Danny Richter y con colaboraciones como las del recién citado músico, Álex Ferreira y Jorge González (Vetusta Morla), Nahúm García (Clint) y Javier Couceiro (Havalina), este disco consigue reinventar el término radiográfico mediante doce temas de actitud pop-rockera y estructuras directas que rompen con la seriedad –que no por ello con el sentido y la coherencia- de una palabra que ellos hacen suya desde la moderna y minimalista edición gráfica del packaging y el libreto del Lp –se agradece el esmero y el saber hacer, dicho sea- hasta las referencias sobre la idea de identidad/copia que se reflejan en las letras y títulos de cada corte –véase Borro mi nombre, con una intro que podrían haber firmado los mismísimos Strokes, o La copia de otra copia-.
Radiografías es tan ecléctico como sus progenitores. El rock se combina con bases de arpegios de corte pop, la atmósfera rítmica va de la paz a la explosión en alguna que otra ocasión, las cortinas de distorsión guitarrera envuelven la claridad de las voces… Nada falta ¿o si? Que cada uno lo descubra. Destripar más es un crimen que no pienso cometer.