Pasolini, masacre de un poeta de Simona Zecchi

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por Rubén J. Olivares

Pasolini, masacre de un poeta de Simona Zecchi

Pasolini, masacre de un poeta de Simona Zecchi

La madrugada del 1 al 2 de noviembre de 1975, en un descampado del puerto de Ostia, aparecía el cuerpo torturado de Pier Paolo Pasolini, uno de los intelectuales más incómodos y lúcidos del siglo XX. Durante décadas, la versión oficial del crimen se asentó sobre una narrativa sórdida: un encuentro sexual con un prostituto, Giuseppe Pelosi, que habría terminado en violencia. Pero aquella explicación, demasiado conveniente para un régimen que veía en Pasolini una amenaza constante, escondía una verdad mucho más oscura. Simona Zecchi, periodista y escritora italiana, se propuso desenterrar esa verdad en un trabajo de investigación riguroso que le valió el Premio Marco Nozza de Periodismo de Investigación e Información Crítica en 2016.

“Pasolini, masacre de un poeta” no es sólo un libro sobre un asesinato: es una radiografía de la Italia de los «años de plomo», ese periodo convulso entre las décadas de 1960 y 1970 marcado por la violencia política, la «estrategia de la tensión» y las luchas fratricidas entre extrema derecha y extrema izquierda. En ese contexto explosivo, Pasolini ejercía su papel de intelectual con una libertad que resultaba insoportable para el poder. Comunista hereje, católico ateo, homosexual declarado, el poeta y cineasta no se casaba con nadie y denunciaba tanto a la burguesía comunista como a los residuos fascistas que aún pervivían en las instituciones italianas.

Zecchi construye su investigación con la meticulosidad de una detective y la sensibilidad de una escritora que comprende la importancia histórica de su objeto de estudio. A través de fotografías inéditas, documentos desclasificados, entrevistas exclusivas y testimonios que durante años permanecieron silenciados, la autora va desmontando, pieza por pieza, la versión oficial del crimen. El resultado es demoledor: el asesinato de Pasolini no fue un acto impulsivo de violencia pasional, sino un crimen organizado, «tribal» en palabras de Zecchi, ejecutado por jóvenes delincuentes manipulados y probablemente vinculados a grupos neofascistas.

El libro resulta especialmente valioso por su capacidad para contextualizar el asesinato dentro de una trama política más amplia. Pasolini había centrado sus últimas investigaciones en la masacre de Piazza Fontana de 1969, el atentado terrorista que el gobierno atribuyó a los anarquistas y que se conoció como «la madre de todas las masacres». El escritor había intercambiado correspondencia con antiguos neofascistas implicados en estos atentados y, consciente del peligro que corría, dejaba constantemente pistas: cartas, llamadas telefónicas, artículos periodísticos. Como un arqueólogo que él mismo describiera en sus textos, Pasolini desenterraba verdades incómodas, verdades que ponían en peligro su propia vida.

Uno de los hallazgos más sorprendentes de Zecchi, posterior a la publicación original del libro en Italia en 2015, fue el descubrimiento del Alfa Romeo GT 2000 de Pasolini en 2020, un vehículo que supuestamente había sido desguazado. Este automóvil, fundamental para entender los últimos momentos del escritor, permanecía en manos de un coleccionista de coches clásicos, preservando evidencias que nunca fueron debidamente analizadas durante la investigación oficial.

La edición española de Malpaso incluye un prólogo actualizado en el que Zecchi da cuenta de sus investigaciones más recientes, que en 2022 llegaron a la Comisión Parlamentaria Antimafia italiana. Este detalle no es menor: medio siglo después del crimen, la verdad sobre la muerte de Pasolini sigue siendo un asunto de Estado, una herida abierta en la democracia italiana que cuestiona hasta qué punto los gobiernos están dispuestos a tolerar las voces disidentes.

El estilo de Zecchi combina el rigor del periodismo de investigación con una narrativa ágil que atrapa al lector desde las primeras páginas. La autora no se limita a presentar datos y documentos, sino que reconstruye la atmósfera de paranoia y violencia de aquellos años, devolviendo a Pasolini su dimensión humana sin caer en la hagiografía. El poeta emerge de estas páginas en toda su complejidad: brillante, contradictorio, valiente hasta la temeridad.

“Pasolini, masacre de un poeta” es, en definitiva, un libro necesario que trasciende el caso particular para plantear preguntas universales sobre el papel del intelectual disidente, los límites del poder y la fragilidad de la verdad en contextos de violencia política. La investigación de Zecchi no sólo rehabilita la memoria de Pasolini limpiándola del lodo en que fue hundida tras su muerte, sino que también nos recuerda que hay crímenes que los estados nunca quieren resolver del todo. Porque en el fondo, como bien demuestra este libro, el asesinato de Pasolini no fue sólo la eliminación física de un hombre incómodo: fue un mensaje, una advertencia para todos aquellos que se atrevan a desafiar las verdades oficiales.