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Por Vanessa Díez.

Te dejo es jódete al revés, nunca me lo había planteado; pero es cierto. Con esta misma frase da comienzo la primera línea del libro. En la zona de novedades de la Fnac me llamó la atención esta portada fresca y divertida, ilustración de Jorge Arévalo, donde podemos ver a una cajera en su puesto de trabajo. Con subtítulo de “Vida y milagros de una cajera que no da crédito” nos va contando Puri sus andanzas que del principio a la mitad, más o menos, son desventuras. Ahí, en esa nueva vida aventurera y sin saber hacia qué rumbo surge la Srta. Puri más auténtica: mordaz, irónica y sin pelos en la lengua. Cada cliente es víctima de un exhaustivo análisis cuando se dispone a pagar, que tipo es, cómo se comporta, si es o no amable, y si además fue culpable de alguna anécdota que dejó huella entre las chicas, ya que los catalogan en especies, pues son especímenes a desintegrar en diferentes variables como haría un sociólogo o incluso un científico. Su antigua vida es ya parte del pasado, fue víctima de un desaprensivo hombre que la hirió en lo más hondo: el orgullo. Darte cuenta que tras ocho años de feliz relación en pareja todo ha sido mentira o al menos la última parte de todo ese tiempo, que la persona en quién confiabas es capaz de mentirte y perjurar que lo falso es cierto. Tras discutir lo evidente emprende el camino hacia lo desconocido con el único soporte de sus amigas y con el tiempo ocupado por un trabajo que aunque no era el que ella soñaba es el que paga las facturas de su independencia: algo importante. Después de hacer algunos cambios se deja arrastrar por los consejos de sus amigas y adopta nuevos hábitos para salir de su estado, pues cual ameba, no parecía vivir en su caja, sino tan sólo establecerse en ella. El cambio de look, de casa, apuntarse al gimnasio, salidas nocturnas varias y las citas a ciegas… hacen que vaya regresando al mundo de los vivos y salga de su estado catatónico para mirar alrededor y ver las cosas con perspectiva.

Es llamada al despacho del gerente y tras martillear su cerebro con pesimistas fines a su carrera tras la caja siete, pues habían instalado cajas amigas para pagar de forma fácil con tarjeta, le comunican que ha sido ascendida a Atención al cliente, con subida de sueldo y algún que otro privilegio. No saliendo de su asombro comienza un nuevo ciclo en el supermercado en el que cambia el sonido de su caja al pasar los productos de la compra por las quejas de las señoras para intentar cambiar productos usados, que en algunos casos crearán dolores de cabeza mayores y situaciones más surrealistas si cabe. Ciega durante todo ese tiempo no es capaz de ver que la oportunidad está en el lugar que una menos se lo espera y ante los ojos de sus compañeras empieza a fraguarse algo que determinará su destino y lo cambiará todo.

Esta novela femenina tiene happy end y no es que no me gusten, lo digo en serio, Puri se merece ser feliz y no amargarse eternamente por culpa de los hombres, pero me parece más auténtica sin la pizca de romanticismo y ternura que surge tras enamorarse y formar su propia familia, pero quién va a echarle la culpa, todas desde pequeñas soñamos con el príncipe azul, y aunque después no se le encuentre, ya que no existe, si aparece algo similar una se amarra a ello pues da a cambio algo mejor un precioso niño.

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