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San Vicente del Raspeig acoge el I Suspiria Fest

 Por Sandro Maciá

Y acabó. Con la lógica transición de todo lo que empieza y con la correspondiente pena que causa todo lo que se disfruta con pasión, así acabó. Fin. The End. Atrás quedó la resaca visceral, las montañas de cuerpos desmembrados y el metálico olor de la sangre, que casi se percibía desde la pantalla. Lejos se siente ya la sigilosa y sutil danza de los huecos pasos que avanzan por oscuros corredores, el frío y la humedad del sudor que se condensa en la nuca cuando el aliento de quien te acecha impregna tu piel y la firmeza del cuchillo que atraviesa los poros hasta el crudo desgarro. Remotos parecen ser los minutos vividos entre tensión, cavilaciones y angustiosas exhalaciones…

Sin embargo, como por todos es sabido que cualquier inicio es el precedente de un –más o menos inminente- final, lejos de concebir las sensaciones descritas como pasadas, entendámoslas como un bonito recuerdo, una bestial y sangrienta reminiscencia de lo que ha sido, es y –esperemos- será el Suspiria Fest, un evento cuya historia comenzó el pasado fin de semana en San Vicente del Raspeig (Alicante).

Organizado por Lorena Riestra y Javier Caro, con la colaboración del ayuntamiento del municipio antes citado, este I Festival de cortos fantásticos y de terror ha logrado convertir a la localidad alicantina durante los días 18 y 19 de octubre en el epicentro, en el punto de encuentro de los directores, productores, fanáticos y futuros cineastas provinciales y nacionales que comparten la afición común de admirar y luchar por fomentar el conocimiento de este apasionante y casi obscenamente llamativo género.

Con un completo programa de actividades, Suspiria empezó a hacerse presente ya en las noches previas al festival propiamente dicho, calentando motores con la presentación de los primeros trabajos, con los crossovers de Elena en el país de los horrores y Fuera de Series, con juegos de terror y con una conferencia que corrió a cargo de la que más tarde conoceríamos que se convertiría en la maestra de ceremonias junto a Raquel García, Elena Merino, periodista de Radio San Vicente y directora del primero de los programas citados.

Tras esto, la esperada sección oficial, que se desarrolló de forma maratoniana desde las diez de la mañana hasta las diez de la noche del sábado, fue precedida por una apertura digna de mención, una inauguración que contó con el espectáculo de danza contemporánea de la compañía Sayil Johansson y con dos suculentos entrantes ingeniosamente programados para empezar a salivar frente a la pantalla: la proyección de Carnívoros, largo de Manolito Motosierra –presentado personalmente por él- y de la web serie Cabanyal Z, obra de Joan Alamar, quien también acudió apadrinando a su amada criatura.

Abierto el apetito, señoras y señores, ¡comienza la degustación! Ni uno, ni dos, ni cinco, ni diez. Más de treinta fueron los cortos que se proyectaron durante la jornada del sábado, una treintena de trabajos que, salvo en ocasiones contadas, nos mantuvieron agazapados en la butaca, hora tras hora, minuto a minuto, disfrutando de obras tan sorprendentes como La casta (Víctor y Raúl Tejera) o Tus gritos me dan risa (Sergio Aja), tan inquietantes como Silent Agony (Octavi Espugna) o Io Sono Morta (Francesco Picone) y tan singulares como Till death do us apart (Julián Lara) o Ciencia Ficción (Pablo Riquelme); es decir, lo que vino siendo un recorrido por varios derroteros del género -resumiendo más de lo que me gustaría, ciertamente- hasta llegar al emocionante instante de la entrega de premios, o lo que es lo mismo, el paso previo a dejar para la posteridad un palmarés más brutal que cualquiera de las carnicerías vistas a golpe de frame.

Así pues, yendo por partes, como en una buena matanza, cabe destacar que el ganador de la categoría Alicante Terrorífica fue Torio García, con un modesto pero impresionantemente divertido e ingenioso Correo extraviado. El Premio del Público fue a parar a Augusto Almogue, que nos enamoró con su adolescente –que no por ello menos serio- Amor en putrefacción. El de Mejor Guión lo recibió Javier Pueyo por Rates, espectacular trabajo en el que dejó constancia de su virtuoso manejo de la cámara, cuyo movimiento sobrepasa los límites de lo convencional a la par que otorga un discreto pero excelente ritmo y dinamismo.

Compartiendo reconocimiento por partida doble, Ocho, fue premiado como Mejor Corto de Terror y Mejor Fotografía, nada extraño visto el clima que su director, Raúl Cerezo, crea plano a plano. El Mejor Corto de Fantasía fue Decapota Shock, una simpática historia que su creador, Javier Chillón, ha sabido combinar con un montaje, un colorido y un personaje muy “galácticos”. Finalmente, Fist of Jesus, una inteligente parodia de David Muños y Adrián Cardona sobre el poder evangelizador de un Jesucristo brutalmente concienciado con su causa, fue la receptora del premio a los Mejores Efectos Especiales.

Suspiria Fest 2013… ¿Irrepetible? No, pero sí difícilmente mejorable. Ahora, que visto el éxito de esta primera edición –no olvidemos que se completó al aforo del auditorio- todo es posible. Hasta entonces, apagaremos nuestras sierras mecánicas y volveremos a enfundar los machetes. ¡Qué remedio!

 

 

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