¿Ha acabado el tiempo para construir puentes?
José Luis Sola Marín
Dado lo delicado del tema del asunto, donde se mezclan sentimientos, contradicciones, ha hecho que esta sea la reseña más difícil que he escrito, pero finalmente, he decidido por un tono empático y sólo he tenido que acordarme de mi familia que vive en Catalunya, y es que según ellos están pagando desde que se levantan hasta que se acuestan: y el ejemplo más claro son las autopistas, que repercute en el bolsillo de los ciudadanos ya sea directamente (precio de un viaje) como indirectamente (precio de los productos comprados en un supermercado).
La primera pregunta que nos viene al leer este libro es cómo resolver el conflicto catalán, la respuesta es complicada, se ha intentado por todos los medios legales y el Estatut d’Autonomia (del 2006) adaptado al siglo XXI y a la evolución del Estado de las Autonomías era una solución viable, pero éste quedó en vía muerta cuando el principal partido de la oposición en el momento (Partido Popular), dijo rotundamente NO y seguidamente presentó un Recurso de Inconstitucionalidad al Tribunal Constitucional que anuló en algunas partes al Estatut aprobado por las Cortes Generales.
Además del Recurso de Inconstitucionalidad instigó y fomentó cabo una campaña anti-catalana, como por ejemplo, contra el cava catalán, curiosamente, con el paso de los años ese mismo jefe de la oposición es ahora Presidente del Gobierno, con lo que llegar a acuerdos es casi imposible y algo que nos deberíamos preguntar es ¿qué legitimidad puede tener para el pueblo catalán un gobierno que no le representa, ni tampoco representa sus intereses?
Ante la consulta social, ya hemos visto las reacciones de los partidos políticos y del Gobierno español (el Presidente del Gobierno habló a los tres días), pero lo que los catalanes tienen en mente es que el Gobierno de Rajoy ha prohibido una manifestación, el derecho de participación política, ¿qué pueden esperar los ciudadanos catalanes del Gobierno español?
Se intenta reducir el problema catalán a la cuestión económica, pero en realidad hay otros aspectos que influyen como el factor lingüístico, nuevamente el partido de gobierno crea un problema donde no lo hay y a través de la LOMCE quiere imponer el castellano como lengua vehicular en Catalunya, ¿qué sentido tiene esto? Si tenemos en cuenta el informe PISA los niños catalanes tienen mejor resultado en la comprensión lectora que los del resto del estado español, puede que el bilingüismo pueda beneficiar el aprendizaje de otras lenguas, ¿por qué no implementar este modelo en el resto de España?
Por supuesto, la cuestión económica no es un tema baladí, la falta de financiación hacia Catalunya hace que los ayuntamientos y la propia Generalitat tengan que poner tasas e impuestos, y no es cuestión menor la negativa a que se publiquen las balances fiscales ¿qué otra salida le queda al pueblo catalán?, muchos hablan del Derecho Internacional como obstáculo a la independencia del pueblo catalán, ¿es posible legalmente?
Sin duda, El derecho a decidir. Una salida para Cataluña y España del jurista y politólogo Joan Ridao i Martín dará respuestas a estas preguntas y a otras cuestiones.