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Europa rica vs Europa empobrecida

José Luis Sola Marín

Mientras leía el libro me acordaba de aquel famoso término de la novela de Orwell, la neolengua, y es que los gobiernos, las instituciones y los tan manidos mercados han ampliado el léxico: línea de crédito como sinónimo de rescate, productividad laboral como bajada de salario, desregularización y liberalización para hablar abiertamente de privatizaciones de empresas estatales y servicios públicos.

Parece claro que Europa está desarrollándose a dos velocidades, por una parte una Europa rica, con los beneficios de un Estado de bienestar y una Europa empobrecida por las medidas dacronianas impuestas para reducir sus altos déficits y las deudas con las entidades de crédito. Es por eso que el sur pide la palabra, para hablar de igualdad, de la necesidad de la cooperación entre los países europeos.

Se dice que la culpa de la situación de los países del sur es de los ciudadanos que son holgazanes, pero la culpa también es compartida, por una parte, los bancos y sus prácticas (practicando la usura, algo que ya hacían en el Imperio Romano) y, por otro lado, los ciudadanos que cayeron en sus trampas  olvidaron que el banco vende dinero y  compraron pagando unos intereses elevadísimos, se creyeron los cantos de sirenas, el piso, el coche, las vacaciones, el crucero…

Esta Europa empobrecida tiene que seguir adelante con otro tipo de políticas, otro tipo de procedimientos, en todas las crisis surgen problemas y también oportunidades, como ventaja resaltamos la mayor concienciación de la ciudadanía, que poco a poco está cobrando protagonismo a la hora de tomar decisiones, participando en plataformas, asociaciones y expresando su malestar. La contrapartida, es sin duda, la aparición de partidos xenófobos y racistas que atentan seriamente a los derechos humanos.

En diversas ocasiones hemos escuchado sin pestañear que esto es el fin de la ideología (sobre todo después de la caída del Muro de Berlín y de la disolución de la Unión Soviética), pero en realidad la actual coyuntura ha servido para recuperar el interés por la política, el interés por las cosas públicas, y sin duda el claveage izquierda-derecha todavía sigue vigente, la crisis es una guerra psicológica de los poderes económicos que intentan reducir el Estado al mínimo (vuelta al laissez-faire) y que imponen sus valores frente a una izquierda que se está organizando, véase el proyecto de Syripas o Podemos, que no quiere asistir como público y busca soluciones alternativas a la miseria, al desencanto y al empobrecimiento de los países del sur.

El sur pide la palabra es una obra de Slavoj Zizek, filósofo, sociólogo, psicoanalista y crítico cultural de Eslovenia y  Srecko Horvat, filósofo y activista político de Croacia.

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